viernes, 27 de abril de 2012

La quimica del amor

Ahora que pienso,  me doy cuenta   que el  otro día   minimicé en exceso el papel de la química en el enamoramiento.   Al   resaltar  que  se trata de  la  consecuencia y no la causa,  dejé de lado su incuestionable   importancia.  Y,    su importancia es tal que,  sin el desencadenamiento de esa cascada de sustancias químicas, el amor, el amor por excelencia, el amor romántico, pasional;  una de dos; o  no sería, o sería algo muy distinto, imagino,  mucho menos palpitante,  mucho menos peligro, mucho más soso;  así que hoy toca hablar de química.

Enamorarse es un estado mental. Repentino, o no, es  un estado en el que se altera  la percepción, la conducta  de la persona enamorada. ¿Cómo?  Pues porque en el cerebro de dicha persona se van
a producir una serie de cambios químicos, en gran medida, determinantes de lo que va a ocurrir. La ciencia del amor, investigadores como Helen Fisher autora del libro ¿Por qué amamos? nos los explican con precisión. Eduard Punset, grandísimo divulgador científico, también nos lo traduce con sabiduría de experto comunicador. En resumen,  los síntomas que experimenta la persona enamorada se deben fundamentalmente a tres sustancias químicas: DOPAMINA, NOREPINEFRINA, SEROTONINA.  La dopamina  y la noepinefrina -estimulantes muy potentes- aumentan sus niveles, mientras,  la serotonina, disminuye. En este cóctel  químico se explica  el amor y sus consecuencias tanto físicas como mentales. 

Plantearse explicaciones científicas a como estas sustancias químicas actúan sobre la conducta es, sin duda, un  ejercicio apasionante. Ahí van unas cuantas. La persona amada se convierte en el centro de todo (la dopamina  y norepinefrina  ayudan a focalizar la atención) Miramos al amado como algo único y nuevo ( la dopamina  favorece el aprendizaje de estímulos novedosos)  Buscamos la manera de tener cosas en común  (la dopamina se asocia con la motivación y las conductas para alcanzar un objetivo concreto) Recordamos el más mínimo detalle del tiempo pasado juntos (la norepinefrina aumenta la capacidad para recordar estímulos nuevos) No podemos pensar en otra cosa (la serotonina, al disminuir,  provoca un pensamiento obsesivo)….

No cabe duda que  la  ciencia ha comenzado a  dibujar  la escenografía cerebral  de Romeo y Jullieta; un glorioso  baile de sustancias  quimicas  en estado tan puro como alocado.  Y ¿qué áreas cerebrales participan? Explorando el cerebro de una persona enamorada dentro de un aparato de resonancia funcional se comprueba que además de activarse varias  zonas de la corteza cerebral, más adentro, en su interior, se encienden dos áreas fundamentales; el  área ventral tegmental y el núcleo caudado. Estructuras a disposición de la pasión.  Amor y odio. Porque resulta que  el amor y el odio se parecen en muchos aspectos como resaltan los científicos estudiosos del tema.  Hasta otro día, amigos, que me llaman por  una urgencia  y no precisamente de amor.

           Foto: entrada en Facebook: Jordi Esteva

                          

 
 
 
 
                                           

domingo, 22 de abril de 2012

El flechazo

Fue hace un par de años. A medianoche. Un programa radiofónico  al que asistía  dentro del lanzamiento de mi libro “el cerebro al descubierto Entre los invitados, un  futuro ministro de cultura.  Mi entrevista abría el coloquio. Tras  años de experiencia en este medio de difusión,  preguntas de salud en general,   temas  relacionados con mi especialidad,  habitualmente  acudo relajada, resignada a lo que me echen. Sorpresas, siempre me sorprenden, así que estoy acostumbrada a darle la vuelta a   la pregunta hacia mi propio campo procurando que el entrevistador  se sienta más o menos satisfecho con la respuesta. Ese día, no fue el caso. El  flechazo. El locutor se puso como ejemplo.  En un bar, entra  y, de repente, se cruza una desconocida, se enamora, en el acto.  Se me ocurrió sobre la marcha  “Le felicito. Tiene usted un cerebro muy receptivo. Y, a la vez,  le compadezco. A saber de quién se habrá enamorado, lo que le espera” Por la cara que puso, no entendió la sutileza del  contenido, incluso, a saber porqué,  creo que se sintió un poco ofendido. Lo capté enseguida y reconduje la respuesta hacia hormonas y sustancias químicas en acción, una cadena de procesos fisiológicos desencadenados como un torrente de pasión ante el flechazo.   Interesante, sin duda, pero, dichas sustancias son la consecuencia y no la causa del enamoramiento. Y, lo realmente interesante, no es la química en sí misma, tal o cual sustancia, lo interesantísimo es porque  éstas  fluyen  de repente ante una persona entre un millón; dos, tres veces en la vida, siendo receptivo, quizá, unas cuantas veces más, de ahí mis sinceras felicitaciones al locutor repentinamente  enamorado en su  bar de ficción.

Tengo una teoría al respecto, llamemos personal, intuición cientifica, no más.  Nuestro cerebro dispone de áreas corticales  muy especializadas que  responden a categorías de formas o estímulos visuales complejos, como, por ejemplo,  la visión de caras y manos. Ahí, ahí mismisimo  se esconde el amor. En esa cara programada, nunca vista, grabada en tu interior, en esas manos,  esa voz… Un procesamiento visual superior que por determinadas causas o enfermedades puede fallar y entonces determinados componentes del mundo pasan a no reconocerse como en el caso de “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” del escritor y sabio neurólogo Oliver Saks, sobre un paciente con prosopagnosia o dificultad para distinguir caras previamente conocidas.  Justo  lo contario  de lo que ocurre  ante un  flechazo, según mi comentada  teoría,  insisto, personal, o quizá más leída de lo que recuerdo, en todo caso,  curiosa hipotesis a  investigar, esa cara que llevamos dentro, grabada, esa voz, esas manos, nunca vista, hasta que entra en el bar. Felices sueños, amigos  que el día de san Jordi ya pasó y faltan bastantes libros,  frios y lluvias hasta el proximo, así que cambio la rosa, por esta fantastica foto entrada en F.  por A. Nuñez. La luz de cuba, aún recuerdo el  flechazo.



Cuba Gallery


                                            


 
                                             
                                                      
                                 

viernes, 20 de abril de 2012

Cataratas y elefantes

Los médicos lo tenemos claro. Seleccionamos el tratamiento que nos parece oportuno para cada paciente. Durante los primeros días, comprobamos su tolerancia; si es mala, habitualmente, se suspende; si es buena, se mantiene y se valora la eficacia. Por lo general, si en unas semanas no se obtiene la mejoría esperable, se revalúa el caso de cara a retirar dicha medicación e introducir otra como segunda opción. Determinadas enfermedades no siguen esta pauta de conducta; la quimioterapia para combatir el cáncer, por ejemplo. Se presupone su probable mala tolerancia y se controla día a día hasta qué punto se puede mantener o debe retirarse por la gravedad de los efectos secundarios. La batalla es dura y los plazos variables según cada tumor y repuesta al tratamiento, la confianza; vital.

¿Y los políticos? ¿Lo tienen claro? Como sociedad, estamos viviendo algo que me recuerda al martirio de la quimioterapia, pero, sin el rumbo y el convencimiento necesario. Como suele ocurrir con la quimio , las medidas adoptadas no están resultando eficaces a corto plazo, más bien, lo contrario, y los efectos secundarios más que suficientes como para plantearse su retirada. Deben mantenerse, nos dicen, se mantienen, al no ser eficaces, se encrudecen, más y más quimio, recortes, por aquí, por allá, tumor o tejido sano, lo que sea, sin tiempo para reflexionar y afinar al máximo en el corte.

¿ En que situación estamos realmente? ¿ Dónde está el cancer? los médicos sabemos bien que a veces cuesta encontrarlo. Y los políticos... " esto se está pareciendo a la guerra de Irak, todo el mundo sabe lo que se debe hacer menos lo políticos" representativo comentario que escuché el otro día. "Los dirigentes del viejo continente están llevando a Europa a la ruina " opinión de un multimillonario inversor norteamericano que acabo de leer en la vanguardia. Lo que si parece incuestionable es que después de una época de gasto desmesurado, éste deba racionalizarse al máximo. De acuerdo. Pero, los ciudadanos sabemos que los recortes mal cortados pueden ser el remate tanto para nuestros bolsillos como para el futuro de una educación con resultados mediocres por no decir malos; de una cultura tan enriquecedora  como necesitada de subvenciones externas, de una investigación que, al fin, comenzaba a florecer; de una sanidad brillante en ciertas prácticas, pero cuyas listas de espera la convierten en un drama de salud para muchos. !En manos de los mercados... ! cómo vamos a confiar! por no hablar de tanto atraco  descarado  por parte de altos cargos de todos los colores, en cierta manera, consentidos o no denunciados a tiempo por una sociedad tan poco dada a premiar la honradez y la eficiencia. Comencemos por ahi. Operando cataratas. Cuantas personas de edad avanzada viviendo solas sin recursos y sin ayudas esperando la llamada para esta mínima y eficacísima intervención. Se caerán, tarde o temprano, muchas de ellas, se caerán, se fracturarán el fémur (y no cazando elefantes precisamente) horas de quirófano, semanas de ingreso hospitalario, más dependencia, más desgracias, más gastos para una sociedad arruinada y sin narices, cataratas por operar y el fémur roto por hacer lo que no se debe hacer ni en tiempos de crisis ni nunca.
                                                                 

lunes, 16 de abril de 2012

Sobre letras y tumbas

Hace 6000 años, pero… ¿dónde?  ¿Dónde están enterrados los creadores de un invento tan colosal?  ¿En Egipto? Quizá, no lo sé,  fue mi respuesta  a la pregunta planteada por uno de mis hermanos.  El caso es que los asuntos  de fronteras y territorios siempre me han inquietado más que interesado,  sin embargo  reconozco la laguna informativa en mi última entrada del blog relacionada con la escritura,  así  que acabo de meterme  en Google. Wikipedia no se luce, al contrario, no obstante, se extrae alguna información aceptable; sobre  su veracidad, confiemos. Egipto, Mesopotamia, China, de forma independiente. Ideogramas  y grafemas son  los dos tipos  de escritura. Respecto al modelo de grafema por excelencia;  la alfabética;  la  fenicia fue la primera en aparecer con consonantes en exclusiva. Y los griegos la adaptaron inventando las vocales.  Eso es todo, querido hermano. Pasemos al cerebro que es lo mío.

Cuando entra en mi consulta alguien con un cuadro relacionado con  problemas  de lenguaje siento cierto desazón que intento disimular. Ver mermada esta herramienta esencial de comunicación es realmente impactante; un drama… en ocasiones, transitorio, en  otras, más duradero. Todo depende de la causa y la localización de la lesión. Huyendo del pesimismo, resalto que si se previenen o controlan  los factores de riesgo de enfermedad  vascular cerebral- tabaco, alcohol, diabetes, colesterol e hipertensión arterial- las posibilidades de perder el lenguaje quedan reducidas a traumatismos craneales, tumores, enfermedades degenerativas… mejor cortar, mientras podamos, sigamos disfrutando del lenguaje y pasemos a la teoría.

Nuestro cerebro es realmente un enigma. Y eso que los avances en el conocimiento sobre su funcionamiento son espectaculares.  De los dos hemisferios,  sabemos que en el 97% de las personas el izquierdo es  el dominante y encargado del lenguaje.   Sabemos cuáles son las áreas cerebrales en donde se localizan  las funciones  motoras  (hablar, escribir)- area de Broca/ Frontal, asi como las  funciones sensitivas (entender, leer) -area Wernicke/Temporal. Sabemos que la entonación y  el contenido emocional del lenguaje  corre a cargo del hemisferio derecho. Sabemos muchas cosas… pero resulta que, explorado al microscopio  el tejido neural de las áreas  encargadas del lenguaje  no difiere de las zonas vecinas… resulta que  si  un niño se daña el hemisferio dominante, el otro hemisferio puede llegar a asumir gran parte de las funciones del lenguaje. Increíble. Como increíble fue que nuestros antepasados -vivieran donde vivieran- inventaran el lenguaje. Flores y medallas en sus tumbas, impagables.

Foto: Gerhard Richter (1994)

                          
                                                              

miércoles, 11 de abril de 2012

El arte de escribir

Estoy leyendo 1Q84 de Murakami. Bárbaro. Admirable.  Desde las primeras frases, su sensibilidad exquisita, fluido, sereno, elegante, un profesor de matemáticas; discreto, talentoso,  una asesina deliciosa, absolutamente deliciosos; cada personaje, cada  historia, reflexiones en un pozo,  una escalera  entre autopistas,  la habitación de un hotel... autores como Murakami resultan imprescindibles si pretendemos que nuestro cerebro -entre redes e imágenes-  no  retroceda en  palabras y contenido.   El arte de escribir.

La lectura y la escritura. Mientras el lenguaje hablado se estima  se  inició   hace unos 100.000 años, la invención del alfabeto, es decir, símbolos escritos en representación de sonidos que nos permiten transmitir y preservar conocimiento de generación en generación,  la palabra escrita  como gran impulsora  de la cultura, tan solo lleva una andadura de 6000 años. 6000 años de lecturas imborrables como las historias de Murakami. ¿Para cuándo el permio nobel?

Al  margen del talento innato  de unos pocos, como resalta Vargas Llosa en sus clases magistrales sobre el arte de escribir;  lo más difícil ya lo conseguimos; aprendimos a hablar. Nuestra maquinaria cerebral  del lenguaje es capaz de entender palabras y generarlas con una eficacia inexplicable. Reconocemos y encontramos la palabra que necesitamos prácticamente en el acto. Las palabras se seleccionan  de    un léxico o diccionario mental. ¿Dónde se localiza? ¿Cómo se organiza? ¿Cómo accedemos a él? Entre una  infinidad de preguntas que  las neurociencias  llevan años tratando de responder.  Y,  sobre el  lenguaje, hay interesantísimos descubrimientos; hoy tan sólo resalto los  6000 años de lectura;  Murakami no puede  esperar.   


lunes, 9 de abril de 2012

Andar es el camino

Desde que me robaron la moto, ando. Entre idas y venidas, calculo de tres a cuatro kilómetros al día. Exceptuando que  me pierdo algún que otro evento sociocultural (de taxi en taxi, uno termina arruinándose), el balance es muy  positivo; todo un  éxito; No engordo. Incrédula, una  báscula nueva  lo ha confirmado;  me  mantengo en un aceptable sobrepeso que no aumenta de semana en semana como solía ocurrirme cuando iba en moto y  cuidaba   la dieta sin hacer dieta realmente. Ahora, evito excederme, pero como de todo  y  mi peso se mantiene;  un milagro  en el haber  de los ladrones de motos (tres en  el último  año).

Qué andar beneficia la salud en general  – sistema cardiovascular en particular- es de sobras conocido y, sin embargo,  ¡cuánto cuesta adquirir nuevos hábitos por muy saludables que estos sean! Mi caso, como ejemplo.  Y eso que  andar es el camino incluso para que nuestro cerebro envejezca  mejor;  hace un tiempo revisé de modo exhaustivo las investigaciones al respecto y todos los trabajos  concluyen que sustituir los hábitos sedentarios por ejercicios aeróbicos como andar o correr con moderación no solo resulta beneficioso para el cerebro al mejorar el riego sanguíneo e influir positivamente sobre factores que aumentan el riesgo de enfermedades vasculares, sino porque además parece que actúa  directamente  sobre  neuronas motoras y otras áreas relacionadas con la emoción, motivación, memoria  y aprendizaje.  ¿Qué andando se mejora la memoria?  ¿Cómo? Pues se plantea  la hipótesis de que el ejercicio físico regular pudiera poner  en marcha genes que    se mantenían inactivos y que a través de síntesis de determinadas proteínas participarían en el crecimiento de ramas dendríticas para establecer sinapsis.   ¿Seguro? No, no, las hipótesis no son  certeza absoluta, son posibilidades que en determinados trabajos controlados con rigor cientifico  se concluyen  como afirmativas o negativas.   En todo caso,  de mi propia cosecha,  incluso  en ciudades grandes como Barcelona, andando  te cruzas con personas conocidas, te alegras, charlas,  eso sí, ojo con las caídas que en estos  meses andarines  ya  llevo  dos entre despistes y suelos resbaladizos.  Feliz primavera a todos y que continue lloviendo a poder ser solo en los  pantanos. (Magnifica foto compartida a traves de F.  Alicia N.)