sábado, 21 de julio de 2012

Vivir sin tiempo

Claros del bosque. Gran título. Excepcional libro. Poco entrenada para la filosofía en general, a pesar de que apenas intuí su contenido, aún recuerdo el impacto que me causó su lectura hace ya unos cuantos años; la sonoridad de sus palabras; intensas, inmensas; fuerza y belleza.  Siendo el tiempo nuestro medio vital por excelencia,  habríamos de saberlo respirar como el aire” frase que suelo utilizar de referencia al escribir  sobre el envejecimiento de neuronas y personas.  Allí donde habita el alma; María Zambrano; el hombre y lo divino; la razón poética como  fuente de creación y pensamiento. Este verano -que por desgracia se presenta mucho menos liviano de lo deseable- planeo releerlo, zambullirme en sus palabras y abstraerme de tiempos y  males, crucemos los dedos, en serenidad y entereza no te gana nadie, querido padre.

El tiempo. Vivir en ese algo  que llamamos presente que  mientras está siendo está dejando de ser; agobiante, la verdad.   El tiempo. Espacio y movimiento.  Filósofos y físicos se disputan teorías y explicaciones, dudas sobre su existencia. Por nuestra parte, los neurólogos asistimos a distintas maneras de vivir el tiempo, algunas de ellas, curiosas, realmente curiosas.

 Entra y se sienta. Por su actitud parece reconocerme, parece saber  que ha venido a su revisión neurológica programada.   Bien, se encuentra bien, perfecto. ¿La memoria?  La memoria no le preocupa. A las preguntas dirigidas, confirmo que su capacidad de retención es nula. Peseta, caballo, manzana. Incapaz de repetirlas pues las olvida de modo inmediato. Su cuadro de demencia degenerativa va empeorando progresivamente. Desorientado en tiempo, espacio y persona... a pesar de todo, algo en su interior funciona, a su manera, pero funciona, natural, en una nube, sin prisas, sin memoria, sin embargo, no parece detenido,  hacia ninguna parte... avanza... algo debe retener pues juraría que  me reconoce. Respecto al tiempo… ¿a quién demonios le importa el tiempo? Buen verano a todos.



Portada: El viaje a Colorado
Foto original:  Oriol Sardà



                                                      








domingo, 15 de julio de 2012

Así comenzó el lenguaje


“Todavía podía ser peor”. Rectifico. En  lo que respecta a  mal gusto y mala imagen; imposible peor. Amnistiar al  defraudador, estrujar al  muerto, aplaudir, sonreír, presumir de valentía.  Indignante, intolerable, insufrible… por Dios, cuánta mentira, cuánta falta de empatía, cuánta torpeza para gestionar emociones ajenas, despertar respeto, recaudar lo que no recaudaran a base de rematar negocios, consumos, trabajos, bolsillos.   Sin cabeza, sin cerebro,  mientras escribo pienso en como relacionar este impulsivo  arranque con el eje central de mi  blog… enérgico, visceral, desde las entrañas, probablemente así comenzó el lenguaje: con gritos de gorila indignado.

Ira, miedo, jubilo, deseo sexual… muchos animales se comunican entre sí mediante vocalizaciones y gestos; un lenguaje emocional destinado a transmitir la sensación del momento. ¿Y los hombres de las cavernas? Gritos, peleas, odios y amores…   Un buen día  no tuvieron bastante  y  comenzaron a enlazar sonidos para formar palabras con significado. De alguna manera nuestros antepasados se pusieron de acuerdo en la elaboración de un código a través del cual poder trasmitirse órdenes e ideas. Increíble proceso creativo  para un cerebro al que se le supone en sus inicios como ente inteligente. El lenguaje simbólico. Palabras y gestos en sustitución de objetos, sujetos, conceptos, deseos, ideas, ideas, señores, ideas, no recortes. Sigamos.  

Adentrarse en los comienzos del lenguaje es adentrarse en una selva llena de misterios, pero también de descubrimientos y teorías contrastadas de enorme interés general.  Hace unos 500.000 años, determinados cambios en el tracto vocal de nuestros antepasados hicieron posible la producción de una compleja gana de sonidos. Hasta trece docenas de vocalizaciones diferentes que pueden disponerse en un número prácticamente infinito de combinaciones. Mil sonidos y fonemas a disposición de cerebros inquietos y sociales. Misterios y descubrimientos. Uno esencial. Se cree que todos los lenguajes evolucionaron de un primer lenguaje ancestral surgido en África hace unos 100.000 años; el lenguaje universal; interesantísimo  tema  para  otro día, otro día porque hoy me basta con el  lenguaje emocional;  indignada 

                                          
                                                       









domingo, 8 de julio de 2012

Estrategias anticrisis


Ni mental, ni físico; vital: Así definiría el cansancio que acumulo desde hace unos meses. Como ya comenté en otra entrada, no  se trata de una depresión.  Un psiquiatra lo confirmaría, pero no es mi intención confirmar mi opinión sino explicarla para tratar de aclararme y de paso sumergirme en  el tema de la depresión y como superarla,  pues, aunque los neurólogos no somos especialistas en trastornos del estado de ánimo, nuestro día a día está repleto de pacientes que asocian cuadros  depresivos a sus síntomas o patologías neurológicas. A ver si me aclaro. Cómo si me encontrara  sosteniendo mi propio tejado sabiendo que, más pronto que tarde, el tejado caerá; pero,  mientras cae, que al menos caiga de la manera menos traumática posible.  Traducido al campo de la medicina:  calidad de vida. En esa estamos. Sin tiempos ni dudas.

Por cierto, entre  tejados y  vidas,  el otro día escuché lo que me pareció un buen consejo para afrontar  la escandalosa  crisis  que nos está tocando vivir. El conocido actor Argentino, sin entusiasmo alguno por adentrarse en tan angustiosa y preocupante situación para muchos, no pudo escaparse del tema ante la insistencia de la entrevistadora. "Pensar que  las cosas podrían ser peores"; de sus inteligentes comentarios, me quedé con esta frase: pensar que   las cosas podrían ser peores… puede ayudar… buen consejo… buen consejo  para el optimista, porque  para el pesimista…  ante semejante consejo, más bien me lo imagino  hundiéndose todavía más ante la posibilidad de hundirse todavía más. Realmente, no son tiempos para pesimistas.  

Ansiedad, angustia, irritabilidad, insomnio, apatia, ganas de llorar… verlo todo negro… aspectos del estado de ánimo característicos de una depresión. Hablar de depresión es hablar de tratamientos antidepresivos de enorme utilidad práctica, pues, bajo control médico, si se toleran bien, lo habitual es que, en unos  días,  la ansiedad empiece  a disminuir. Poco a poco,  lo que era negro, se torna gris, menos opaco, menos peso, menos preocupante.  Depresiones exógenas debidas a mil problemas o depresiones endógenas sin causa desencadenante.  Mucho ojo especialmente en estos casos. El mundo de la depresión: no por frecuente, menos necesitado de una valoración clínica especializada.

Foto: Jordi Esteva

                                          


jueves, 5 de julio de 2012

Cefalea: una consulta agradecida


Hoy toca ejercer de médico. Cefaleas, mareos, pérdidas de memoria, trastornos de la marcha… la lista de  problemas a diagnosticar   y tratar por el neurólogo es muy extensa. Por su elevada prevalencia, la cefalea o dolor de cabeza  merece un puesto preferente.  Aparentemente sin importancia;  un martirio  demasiado  frecuente. Mostrar lo que no se debe hacer, en ocasiones, es la clave para mejorar la calidad de vida de muchas  personas afectas de migrañas.  A continuación, un  caso típico  para  captar la importancia del tema.    

Mujer de unos 40 años. Desde que recuerda presenta cefaleas. Al principio eran más o menos esporádicas, pero, desde hace años  han pasado a ser  prácticamente diarias.  Se suele despertar con dolor y lo primero que hace es tomarse  un analgésico;  a veces uno, a veces otro, apenas nota mejoría  pero, los continúa tomando, por constumbre, por miedo, al menos que no aumente el dolor. Hay días que  no puede ni levantarse;  sin luz, sin ruidos, tumbada en la cama, así es como mejor está, imposible quedarse en casa, ni su familia la entiende, imagínense  en el trabajo...   un martirio con el que lleva conviviendo desde hace años.

El caso es de manual. La paciente sufre de migrañas desde su juventud. Una cefalea de origen vascular sobre la que ya se conocen muchos aspectos fisiopatológicos, entre otros, los mecanismos  implicados  en la dilatación vascular cerebral causante de  la cefalea.  Y, gracias a dichos avances, desde hace años,  se disponen de fármacos específicos  para abortar la fase aguda del cuadro; son los llamados triptanes con efecto vasoactivo muy selectivo y eficaz.   El problema surge cuando la migraña se repite varias veces al mes. Ni analgésicos habituales, ni triptanes; cualquier medicación que se tome con frecuencia  para calmar el dolor de cabeza provoca lo que se llama rebote. Un hábito o dependencia al calmante. El cuerpo te lo pide. ¿Y cómo te lo pide? Pues con dolor. En resumen, la cefalea  pasa a ser diaria  debido al abuso de analgésicos. La deshabituación mediante el tratamiento adecuado junto con una medicación específica para prevenir la aparición de migrañas  suele resultar milagrosa; toda una vida soportando el dolor de cabeza  y resulta que en  un par de semanas el dolor desaparece, las migrañas pasan a ser esporádicas. Una consulta realmente agradecida para el neurólogo, pero, sobretodo, para el paciente.

Foto entrada en Facebook
Autor: pendiente averiguarlo



domingo, 1 de julio de 2012

El mundo a través de Hopper

Hopper. Qué gran exposición para mi mente deseosa de  absorber universos artísticos con los que  sintoniza especialmente bien.   El auricular del museo Thyssen te ayuda a adentrarte en  la complejidad de un   mundo sencillo sólo en apariencia; imágenes extraordinarias  de situaciones ordinarias; la habitación de un hotel, una oficina, personajes solitarios,  de paso,  los grandes ventanales sin cortinas propios de las viviendas norteamericanas, la luz del exterior entrando en el interior, el arte de plasmar lo esencial minimizando  en detalles; inquietud y serenidad, misterio y claridad. Qué gran ejercicio de percepción.

De todas las funciones mentales superiores, la percepción o capacidad para captar el mundo exterior a través de los sentidos  quizá sea la más enigmática y sofisticada; función superior en mayúsculas  tanto por  su enorme potencial a la hora de desarrollarse  como por las dificultades  o el reto  que esa amplitud de límites  comporta.   Sentir el mundo, reinventarlo. El mundo es mi representación, decía Schopenhauer mucho antes de que las neurociencias hubieran desvelado gran parte de los mecanismos implicados en la codificación cerebral de las señales recibidas del exterior. Y, efectivamente, así es  el mundo que nos rodea; limitado por nuestros receptores sensoriales, único e infinito a la hora de procesarse en la corteza cerebral.

Entrenar los sentidos. Aprender a mirar. Tan sencillo en apariencia, tan difícil.  Otro día nos sumergiremos  en el milagro de  como la retina capta punto por punto el campo visual que tiene enfrente, como  lo convierte en actividad neural  y lo envía al interior del cerebro. Descubriremos  cómo las imágenes se van reconstruyendo a medida que llegan a determinadas áreas especializadas de la corteza cerebral.  De la luz a la  imagen. Primero disección; punto por punto. Luego reconstrucción. Por hoy, os dejo  con  un cuadro de la exposición que me impactó en especial. De cara al sol, sin mirar. La luz del exterior; clara, natural. El  hermetismo interior; sereno, presente.   El mundo a través de Hopper. Superior  en  mayúsculas.

Eduard Hopper
1882 - 1967