sábado, 23 de mayo de 2015

La música de la memoria


Buen artículo, hermano. La música nos salva. Percibir ese pálpito interior,  la fuerza de la naturaleza; vibración o conexión, pulso trágico, armonía... " la música es la palabra revelada dirigida directamente al corazón de los seres humanos" aprender a escucharla, sentirla. Defensa apasionada de la cultura; ahora y siempre; en tiempos difíciles, imprescindible.

Por mi parte, intuyo esa grandeza de la música, y, sin embargo, pues eso, sino al margen, en ocasiones cercana, otras lejana, lo reconozco, pendiente -nunca es tarde, que no falte el optimismo fundamentado en  el deseo-.  No obstante, cuando escribí el capítulo “el mundo a través de los sentidos” de mi libro el cerebro al descubierto, hace ya unos cuantos años, revisando la capacidad musical del ser humano y como se ha ido desarrollando a lo largo de la evolución, aprendí a acercarme, la intuí como motor y sentido. Su interconexión con el lenguaje hablado y, al mismo tiempo, esa capacidad especialísima -quizá única- para penetrar en lo más intimo del ser y trascender más allá de las ideas, como  la explica  Schopenhauer. 

Nuestro sistema auditivo es asombroso. De cómo la partículas o moléculas de aire desplazadas al caer el árbol  vibran con sus vecinas produciendo un cambio en la presión del aire representado en onda sonora. De cómo cada onda -con sus tres propiedades; amplitud, frecuencia y complejidad- es analizada por nuestro sistema auditivo. Del oído y sus receptores a la corteza cerebral. Todo un mundo de posibilidades a desarrollar, descubrir. Y es que todos sabemos  que nuestra sensibilidad a las ondas sonoras va mucho más allá de la mera detección del sonido; emociona y vibra, trasporta,  pero ese algo más... ese algo más...  íntimo y trascendente... estallido o paz… ese es el reto…  en su recién publicado libro” la música de la memoria”, mi hermano – una vida dedicada a la música- nos señala el camino introduciéndose  en el interior de los grandes músicos de la historia; sus miedos, pasiones, obsesión creativa; estallido y paz; los sueños de la humanidad.  La música nos salva  ( Babelia 23.05.015)




                                                    


domingo, 17 de mayo de 2015

Ceguera al cambio

Mientras desayuno, apunto en el móvil el nombre de Marilynne Robinson, seguido de una frase de Marcel Proust utilizada en el  artículo que acabo de leer en el  Babelia en relación a la obra de esta  autora hasta ahora desconocida para mi  “El verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos”  Y es que lo  extraordinario de  sus novelas es que no avanzan cronológicamente, sino que vuelven atrás para examinar los mismos sucesos otra vez desde la mente de un personaje nuevo A propósito de este curioso modo de abordar el tiempo,  se me ocurre una reflexión.

Y no sobre nuevos ojos, sino  en relación a  nuestros propios ojos abordando una escena, foto, paisaje... Mil destalles desapercibidos. Volver atrás. Otros detalles. Una pincelada de conocimientos sobre nuestra capacidad de percepción y de atención puede ayudar como introducción a este apasionante tema; limitaciones y posibilidades a potenciar. 

Percepción. Atención. Dos funciones básicas como primer eslabón de la memoria. Lo que no se percibe, no se recuerda. Registrar consiste en percibir y comprender lo que queremos guardar en la memoria. Si nos hablan en un idioma desconocido, difícilmente podremos registrar alguna que otra palabra. Atención, tener o no tener la mente abierta a una nueva información. Nuestra capacidad de atención tiene tres características esenciales: sostenida, limitada, selectiva. Sostenida al ser posible mantenerla de modo continuo, por ejemplo cuando vemos una película. Limitada, dado que por mucho que nos esforcemos, solo podemos prestar atención a muy pocas cosas a la vez, requiriéndose más atención cuanto más difícil es la actividad a realizar. Y selectiva: al ser limitada, disponemos de otra cualidad mental que  nos permite seleccionar  lo que nos interesa e ignorar el resto.

Y, para terminar esta sencilla reflexión  sobre miradas y atención, comentar un curioso estudio de investigación que pone en evidencia nuestras limitaciones y poco entrenadas capacidades a la hora de fijarnos en lo que vemos: La ceguera al cambio: a grupos de personas se les pasa una película, luego, de esa misma película, se cambian personajes, ropa, objetos… y resulta que dichos cambios pasan completamente desapercibidos. Interesante estudio que muestra lo que ya presuponíamos: nuestras mentes están acostumbradas a codificar de modo demasiado automático y superficial. Cerrar los ojos. Abrirlos. Cerrarlos. Al gusto de cada uno. Tanta información. Pero, luego no nos quejemos de nuestra memoria. Bastante hace por nosotros.

Foto entrada F. A. N
Issafly

                                    




viernes, 8 de mayo de 2015

CORAJE EN MAYUSCULAS


Ciao, bella…  sonrío por dentro y por fuera…  comparándolo con el habitual  adiós señora…  bravo por la joven argentina encargada del recién estrenado bar del pasaje.  Más esbelta, más enérgica,  camino centrada en  una frase que acabo de leer en el  periódico.  

“La moral burguesa sentimental  me asquea: prefiero el coraje a todas las demás virtudes” Orson Welles. 100 años, hubiera cumplido. El artículo aprovecha su aniversario para  repasar sus películas, su fuerza, su vida; un monstruo en todos los sentidos. Su frasecilla no engaña. Pienso y visualizo al ciudadano Kane en acción; el coraje arrasando otras virtudes.  Y, acto seguido  me viene a la mente  la madre Teresa de Calcuta; el coraje por y para otras virtudes;  coraje y bondad.  Sin dudarlo me quedo con ella, admirado Orson, aunque, reconozco que tu frase me atrae, me gusta,  la entiendo, y, en parte, la  comparto. 

El coraje. No sé exactamente de qué función cerebral estamos hablando. Seguridad en uno mismo, valentía, capacidad de asumir riegos, falta de miedo… El miedo. Por ahí podemos extraer alguna luz. El miedo o una de las cuatro emociones básicas sobre las que se configuran  nuestras vidas:  Ira, miedo, alegría, tristeza. Emociones todas ellas resultantes de conductas repetidas de generación en generación. El coraje como comportamiento. Se nace o se hace. Se nace y se hace. ¿Cómo estimular el coraje de nuestros hijos y al mismo tiempo encaminarlo hacia otras virtudes más allá del propio beneficio? “La moral burguesa sentimental… “de acuerdo, Orson, de acuerdo, presente tu frase.. .a ver que te parece así: " Qué la osadía ante la vida vuele libre dentro de unos márgenes éticos no especialmente burgueses" algo enrevesado, me gusta, pero mejor sigamos con el coraje sin más sombras  que las inevitables.   

Coraje, ¿dónde he visto realmente coraje en mi día a día?  Coraje, coraje  es lo que he visto en cada una de las personas cercanas que afrontaron su proceso cancero -tratamiento incluido- hasta el último suspiro; cada uno a su manera; distintos estilos; el mismo coraje; dos ejemplos; admirables los dos; sin una queja como denominador común. Uno yendo a su editorial  con la sonda nasogástrica colgando del pelo, mojando el pan con el vino para disfrutar de sus cenas, sus amigos. Otro organizando su espacio en su casa; horarios, visitas, teléfono, periódicos; comiendo sin hambre, tranquilo, sus días tan suyos. Y más y más casos; amigos en plena batalla, el mismo coraje… y, mientras me llega mi hora, ganas de volver a ver tus películas, Orson, disfrutar de tu talento, pero, sobretodo, ganas de enfocar mi coraje hacia la generosidad no burguesa - si uno mismo se entiende, ya es más que suficiente,-, coraje, coraje hasta  que me llegue la hora del verdadero coraje: CORAJE EN MAYUSCULAS.