sábado, 18 de junio de 2016

La abuela Luisa era maravillosa


De nuevo por las nubes. Esta vez en su casa: el Círculo de Economía. Fundador y alma, aún quedan personas de su generación en envidiable estado de forma que recuerdan su ser y  hacer con palabras que resultan un orgullo escucharlas. Mi padre. Verdad e  historia. Lástima que no se decidiera a escribir sus memorias. Hombre de acción, vivía el presente y el futuro con tanta ilusión y determinación que ponerse a regodearse sobre su pasado... escribir sus memorias... no le convencimos.  Y eso que disfrutaba enormemente escribiendo.

En plena presentación de un libro escrito por un periodista sobre cinco personajes de mi familia -incluido mi padre al que dedica el último capítulo-. cada uno de ellos influyentes en la época que le tocó vivir. Un destello. Escribir una novela centrada en la figura del padre y de fondo esa saga familiar tan comentada, peculiar y activa que me ha acompañado  a lo largo de mi vida. De este libro recién publicado sólo he leído el capítulo sobre mi padre: apenas treinta páginas, un listado de entradas y salidas de sus múltiples actividades, algunas verdades sin los debidos matices, algún detalle erróneo, otros  molestos por banales, innecesarios, inexactos.Y eso que el periodista ha puesto ilusión, buenas palabras y buena intención. Así que podría haber sido mucho peor.

Me quedé contenta con mi intervención en el turno de preguntas.  El micro relaja y eleva la autoestima.  Tras una sutil felicitación, comenté que fue una pena que mi padre no escribiera su propia biografía; experiencias, pensamientos… me acosté satisfecha y, por lo visto, las neuronas de la creatividad en acción. La abuela Luisa era maravillosa.. así empezará la novela que adelanté -micro en mano- tengo en mente escribir. La primera frase del libro, un flechazo, un tesoro, la llave, el resto  es sólo cuestión de tiempo, ganas  y esfuerzo.

Ya en mi consulta, bata y bolígrafo, escucho, trato de entender el motivo por el que una paciente entrada en los setenta años  ha venido sola a visitarse. Imposible; se pierde en sus explicaciones, el lenguaje fluye correcto pero parece como un hilo de ideas sueltas, de sucesos sin aparente conexión. Desconcertada, trato sin éxito que concrete un poco más. La dejo hablar... en cuanto encuentro una pausa, al grano, paso a explorar su lenguaje sensorial, es decir, su capacidad de entender la palabra hablada. “Con la mano derecha señale el techo y luego el techo” pregunta directa en exceso para cualquier persona con normal capacidad de entendimiento, pero, en este caso, sé muy bien que con esta simple pregunta encontraré la clave de lo que le sucede.

La paciente me mira, parece que entiende. Tras una breve pausa, sigue su particular historia sin  elevar la mano hacia el techo ni señalar el suelo. AFASIA SENSITIVA. Conserva el lenguaje motor, pero ha perdido la capacidad para entender la palabra hablada – habrá que explorarle también si es o no capaz de entender la palabra escrita; sospecho que no-  Es llamativo  que venga sola, que sea capaz de salir de su casa, coger un taxi, llegar puntual a la visita del médico. Y lo más asombroso de estos casos es que por norma general se muestran tan contentos pues no son en absoluto conscientes de su deficit.

Le pido un Tac craneal urgente. Debe descartarse un infarto cerebral  o una hemorragia o  un tumor en el área temporal izquierda encargada del lenguaje sensitivo. O, en caso de llevar meses de evolución con progresivo empeoramiento… entonces el cuadro sería degenerativo. El TAC craneal será definitivo para una u otra orientación diagnóstica.

La abuela Luisa era maravillosa…  falta el resto… por mi forma de escribir, mas o menos doscientas páginas de verdad e imaginación, imaginación sin mentiras que es como pedir peras al olmo. O no, cuestión de encontrar la palabra precisa, recuerdos e historia familiar a mi manera, mientras conserve el lenguaje… dos años, al menos dos años más. 

Circulo Economía
 Barcelona