Me encontraba cansada. Un
trimestre con extras en cuanto a preocupaciones además de mi rutina
diaria que no es precisamente un campo de rosas, por supuesto, sin pretender dramatizar. Extrañamente cansada. Desde hace años, mentalizada en la
conveniencia de hacer ejercicio diario por salud más que por diversión como realizaba en
tiempos pasados. Entre la moto y mi trabajo sedentario, el invierno, los imprevistos comentados; en todo el trimestre: algún paseo ocasional, ni una brazada a pesar de disfrutar nadando de modo especial. Resumiendo, exceso de mi habitual sobrepeso más o menos saludable y bien llevado y cansada hasta extremos
preocupantes.
Un alivio, mi
analítica. Así pues, a ponerse en forma. En esta ocasión escogí la opción de un centro especializado en la Costa
Brava; paseo matutino, tratamientos corporales; masajes, algas, barro, cremas reductoras…
gimnasia de espalda, chorros de agua, piscina. En mente,
desconectar y de paso darle
un buen impulso al libro
que estoy escribiendo. Veinticuatro
horas diarias para mí misma frente al esplendido mar de la Costa Brava fuera de temporada alta.
Magnifica elección. Eso sí, regreso a
mi rutina de Barcelona habiendo apenas leído
unas cuantas páginas de los cinco libros con los que aterricé y ni una palabra escrita
para el mío que se encuentra más o menos a medio camino. Eso sí, de tanto relax y paseos bordeando el mar, me ha surgido alguna idea modestamente brillante sobre cómo
enfrentarme al tema en el que me
encuentro inmersa; ahondar en el personaje de Gaudí; tarea de tiempo y
lecturas, pues, mi intención no es únicamente nombrarlo como el protegido de mi
antepasado y hablar exclusivamente de mi familia, sino ir
bastante más allá e informarme y reflexionar sobre la época que les tocó vivir, la relación entre ambos, la burguesía industrial con sus luces y sus sombras; adentrarme en la obra y la personalidad de este personaje tan singular sobre el que muy poco me había
interesado hasta ahora a pesar de tenerlo metido hasta en la sopa -quizá por ello-.
Magnifica elección y también magnifica
suerte. La suerte de unos días de un sol esplendido, la suerte de
encontrarme acompañada en la misma batalla de cuidados y salud con estupendas
personas cada una con sus motivos y sobrepeso a corregir: veinte o dos kilos; amigas, parejas, sueltos; todos desconectados por unos días de nuestra vida y estrés.
Magnífico resultado; todos nos vamos con menos peso, mas ligeros y más
energía. Suerte con la salud, los kilos y el regreso a los líos cotidianos queridos
amigos.