“Hay
que atravesar la noche una y otra vez. Se debe superar muchas noches para tener
derecho a un poco de luz” reflexiona el poeta y dramaturgo Olivier Py en una
entrevista en el País a propósito del
estreno en Madrid de su obra Hacia la alegría que gira en torno a un
monólogo por la crisis espiritual de su autor. “He vivido periodos de
confusión, pero nunca de extravío. A decir verdad nunca me he sentido perdido”. Comparto. He vivido periodos de duda,
preocupación, incertidumbre más que oscuridad, saltos y sobresaltos, pero,
perderme, caer en un caos existencial
medianamente profundo, verdadero... pues, ahora que ahondo en el tema, incluso me recrimino a mi misma cierta falta de valentía para, al menos, por una vez, atravesar la noche.
Y,
hablando -como no- de crisis, sueño con que aparezcan políticos honestos y
cojan las riendas sin demagogias, temo a espabilados, oportunistas,
populistas, burócratas, leyes y más leyes,
impuestos y más impuestos, fraudes que cambian de careta, buenos de pacotilla, salvadores y mesías, nuevas patrias y lo que
vendrá. Venga ya. Meridiano. Seriedad e inteligencia. Distintas opciones y visiones desde la
honestidad y solidaridad, pasión por lo colectivo. Utopía o simple objetivo al alcance de una sociedad con
cerebro y con recursos.
Recientemente,
mientras escuchaba una entrevista de
Jordi Évole al presidente de un país nórdico, vi una luz.
Y me pareció la única luz posible en este bosque de humanos a reorganizar. Las visas. Hasta sus tarjetas de crédito están al descubierto. Cada gasto, cada pago. Y, de fondo,
la conciencia de una sociedad que trabaja sin sobres. Una
nube, solo vislumbro un buen nubarrón en esta justa y honesta sociedad a imitar; mientras los
impuestos suban y los sueldos bajen; que alguien me explique cómo sobrevive un
padre o madre de familia carpintero o leñador, médico o empresario. Hoy llueve, mañana lloviznara, pasado
mañana a despejar nubes. Utopia o ilusión.
Exposicion: Inside
Palais de Tokio
Exposicion: Inside
Palais de Tokio