No
estoy de humor. La operación fue bien, pero no del todo. Al mes, precisa reintervención. Día sí y día también, año tras año, viendo entrar en mi consulta
pacientes mayores y no tan mayores llenos de prótesis; rodillas, caderas… operados por aquí, operados por
allá; de tendones, muletas, sillas de ruedas, superando la edad, la vida. A pesar de ello, cuando te toca más de cerca, la paciencia no salta, pero casi. Vislumbrando males. Ingresar y lo que se avecina; fragilidad
de venas, pinchazos y más pinchazos, epidural que no es coser y cantar, nada es coser y cantar. Y el baile de enfermería: mareante tiovivo de turnos. Del
modelo maternal al sargento, alguna sin tacto ni vocación, la mayoría amables y
muy competentes. Toca paciencia.
La
paciencia. Más que hablar sobre la paciencia, me gustaría potenciarla; de pajarito a buda, la experiencia de los años no ha sido suficiente. La paciencia. ¿Qué
es exactamente ? A ver que encuentro.
“La
virtud de soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien” No
está mal, algo simple, incompleta. Por ejemplo, en mi caso, impaciente, soporto estoicamente
contratiempos y dificultades. Sigo buscando. Menos mal que existió Aristóteles: "La paciencia como equilibrio entre emociones extremas o punto medio. Con ella se consigue
sobreponerse a las emociones fuertes generadas por desgracias o
aflicciones. Necesidad de entrenamiento práctico ante el asedio de
los dolores y tristezas de la vida” La paciencia como mediador de emociones. ¿Mediador de emociones ¿De qué función cerebral estamos hablando? En todo caso, para mediar se requiere razón, cerebro frontal.
Virtud.
Podría discutirse. No encuentro nadie que lo discuta. "Virtud de quien sabe
sufrir y tolerar contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse.
Esperar con calma a que las cosas sucedan ya que a las cosas que no dependen
estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo" Concluyendo la búsqueda: "un
rasgo de personalidad madura". Indiscutible. No obstante, de todo el repaso me quedo con Aristóteles y ese equilibrio o punto medio que
es necesario entrenar. Obligado entreno. Y un apunte personal. El optimismo ayuda, no así el exceso de conocimiento que palpita como una especie de tortura interior silenciosa. Mas claro agua: en lo que respecta a la salud y enfermedad de mi entorno más cercano;
moriré impaciente.
Foto entrada F. A, N
Kurt
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