Desayuno
de sábado saltando páginas de batallas más que pactos, teatro más que politica, agobiante incertidumbre sobre el
modelo de estado que nos tocará sufrir. Me detengo interesada en una entrevista a Felix de Azúa. Voz libre, inteligente, valiente. “Mi
desengaño de lo colectivo raya lo absoluto. La historia de un fracaso. Intentar
saber si es posible ser un individuo.” De repente, pienso en la
reciente noticia de 10.000 niños desaparecidos de entre las filas de desesperados
sirios vagando por Europa. Escalofriante. Qué desesperanza. Cierro el periódico.
Junto al café, la contra de la Vanguardia. De reojo, reconozco la expresiva cara del neurocirujano británico cuyo libro
recién publicado me interesa y apetece mucho leer.
Justo
esta tarde he quedado en la Central: librería de Barcelona que inspira, te
sumerge en autores, portadas, historias; laberinto y cueva, refugio
exquisito. Entre la lista de libros, el de este
neurocirujano. “Ante todo no hagas daño.”
Cuánta razón. Henry Mash. Se vislumbra un sabio. No sólo se atreve con todo un tabú de la medicina: los errores; la dificultad de asumirlos, aprender de ellos, sino que los plantea abiertamente. Como comenta en la entrevista -y seguro se adentrará con maestría en su libro- en medicina, y, en concreto, en su campo que es la neurocirugía donde cualquier error puede tener consecuencias terribles “lo más difícil es tomar la decisión correcta”
Acertadísima afirmación. A propósito, pienso en el caso de la paciente que ayer remití con urgencia a neurocirugía. Buen ejemplo para entender en que aguas navegamos los profesionales de la medicina.
Cuánta razón. Henry Mash. Se vislumbra un sabio. No sólo se atreve con todo un tabú de la medicina: los errores; la dificultad de asumirlos, aprender de ellos, sino que los plantea abiertamente. Como comenta en la entrevista -y seguro se adentrará con maestría en su libro- en medicina, y, en concreto, en su campo que es la neurocirugía donde cualquier error puede tener consecuencias terribles “lo más difícil es tomar la decisión correcta”
Acertadísima afirmación. A propósito, pienso en el caso de la paciente que ayer remití con urgencia a neurocirugía. Buen ejemplo para entender en que aguas navegamos los profesionales de la medicina.
35
años. Sin problemas de salud hasta tan sólo unas
semanas atrás cuando comenzó a notar un llamativo acorchamiento en su pierna izquierda. Después de pasarse unos días suspirando para que desapareciera de modo espontaneo esta extraña sensación, al fin, se decidió a consultar a un traumatólogo.
Tras resultar normal una RNM lumbar y un electromiograma, éste la aconsejó
visitara a un neurólogo.
Paso enseguida a explorarla. Como sucede a menudo,
el pequeño martillo resulta clave. Compruebo que sus reflejos rotulianos se muestran algo más vivos
de lo normal. Por contra, en los brazos,
salen normales. Así pues, en la médula dorsal puede estar el problema. De inmediato, me
preocupo. Trato de explicárselo procurando no alarmarla. De momento, faltan
pruebas. El que tenga sólo afectada una pierna va en contra de una lesión en
dicha localización aunque no lo excluye. Para asegurarme y no demorar más el
diagnóstico, solicito un estudio de RNM cráneo
medular completo.
Mis
sospechas se confirman. Estudio normal excepto una única lesión dentro de la
médula dorsal informada por el radiólogo como posible angioma cavernoso
intramedular que ha sangrado recientemente. Un tumor vascular benigno, benigno aunque en la peor de las localizaciones posibles. De
momento, la clínica es mínima. La imagen objetivada asusta. Tratandose de una tumoración, corresponde al neurocirujano determinar la mejor conducta a seguir. Por mi parte, pienso… mejor ni tocar, de momento, ni tocar, ingresarla,
realizar estudios de RNM centrados en dicha zona, ver la evolución, si
desaparece el sangrado, si la clínica no empeora...qué zona más delicada para intervenir, pero, si no se interviene... como una bomba... comentarlo en sesión clínica, discutir y consensuar la mejor alternativa… operarla de urgencia en cuanto la clínica vaya a
más. Toca al neurocirujano decidir. Riesgos y beneficios. Menudo caso más
delicado. “Sólo hace falta tres meses
para aprender a hacer una operación concreta, pero más de treinta años para
saber cuando no hacerla” deseando leer tu libro, apreciado colega. Acierto y suerte, muchisima suerte, apreciada paciente.
Gracias Isabel por tu recomendación
ResponderEliminarYa te contare que tal el libro. Besazo querida colega
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