Hemorragia cerebral. De repente, un vaso intracraneal se rompe y
brota la sangre invadiendo la zona correspondiente. La circulación en el
interior del cerebro semeja un
árbol otoñal sin hojas y con multitud de ramas que se bifurcan. De los
trocos grandes o arterias carotideas y vertebrales a pequeñas ramitas
terminales; torrente de circulación arterial que irriga cada zona de nuestro
cerebro y desemboca en el sistema venoso menos propenso a romperse, aunque, por
suerte, los vasos arteriales tampoco se suelen romper de modo espontaneo o sin
una causa que provoque dicha ruptura.
Son dos las principales
causas. Una a tener muy presente pues se
puede controlar perfectamente con medicación: la hipertensión arterial. Una
subida brusca y elevada de la presión arterial es la causa más frecuente de que
se nos rompa uno de estos pequeños vasos arteriales y la sangre invada el
tejido cerebral dañándolo de modo irreversible. La otra causa mucho menos
frecuente es presentar una malformación vascular intracraneal con la que
habitualmente nacemos la cual no suele
dar síntoma alguno hasta que se rompe.
El resto de causas de
hemorragia cerebral son mucho más raras. Y cuando digo raras es que ocurren tan
pocas veces que no suelen ocurrir, pero,
desgraciadamente, ocurren. Enfermedades de origen inmunológico como las
vasculitis que afectan a los pequeños vasos intracraneales y también
la posibilidad de una angiopatía amiloide que se relaciona con una proteína anómala que se deposita en
distintos tejidos de nuestro organismo
y, de modo excepcional, también
en los vasos intracraneales.
Pero algo hay que tener
muy presente en estos momentos tan emocionalmente duros querida familia. Si no hay síntomas neurológicos o de
afectación cerebral y el paciente lo que presenta son sintomas o manifestaciones clínicas de
problemas respiratorios, pues lo que se estudia son dichos problemas y, a partir
de dichos problemas, con las pruebas necesarias se llega a un diagnóstico de una u otra enfermedad. Diagnostico diferencial que incluye biopsias y demás pruebas y que, a pesar de dichos estudios, en ocasiones, no se llega a ningún diagnostico en concreto y, en esos casos, se intenta
paliar los síntomas y se realiza un seguimiento. Complicadas enfermedades, complicados tratamientos, en concreto, la amiloidosis, sin tratamiento eficaz exceptuando paliar síntomas.
La hemorragia cerebral no
se tiene hasta que se tiene porque se rompe un vaso intracraneal. De repente se
rompe y aparecen los síntomas. Si el vaso que se rompe se encuentra en la zona
del tronco cerebral, la expansión de la sangre afecta a zonas vitales hasta
poder pararse el corazón dado que en dicha zona se encuentran los
centros que controlan la respiración y el latido cardiaco. Es el
maldito destino que avisa de modo endiablado en unos casos o no avisa hasta que
ya no hace falta que avise pues la vida
se esfuma. De repente, nos vamos, queridísimo primo, antes de tiempo, habiendo
dado tanto pero, quedando tanto por dar, dejándonos tu
recuerdo, inmenso recuerdo que sin duda nos ayudará a seguir nuestras vidas
teniendo muy presente tu ejemplo de esa sabia combinación de saber dar y al
mismo tiempo ser uno mismo; escoger una profesión o actividad que nos apasione
y volcarnos en ella sin dejar de volcarnos en los nuestros; el sentido de la
vida, el único sentido.
Una vez más, admirada colega, he de darte las gracias por esas palabras donde lo técnico y morfológico coge sentido cuando va unido a lo humano. Por otra parte comparto tu dolor por la pérdida de un ser querido, y deseo que persista en vuestro recuerdo y en el testimonio de esa vida plena que comentas. Un abrazo.
ResponderEliminargracias de nuevo por tus comentarios y tus palabras de apoyo. un abrazo
ResponderEliminarQue brillante y que emotivo el artículo. Claudio que gran persona y que pena no verle más
ResponderEliminargracias felix. si que pena como dices.. no verle más.. aún no me lo acabo de creer. hoy un funeral abarrotado de amigos y el mundo editorial. escribí está entrada por que estaban con la sensación de culpa de no haber podido ayudsrle a evitar lo inevitable que es la crudeza del destino. un fuerte abrazo
ResponderEliminarSiempre he pensado que aquellas personas que dejan huella nunca se acaban de ir, son como angeles de luz. Su finitud no existe, inmaterialis, y posiblemente sea asi o asi lo quiero yo, para que solo un imperceptible recuerdo suyo nos inunde de energia y aunque sea por un momento, sea casi eterno, pero sea...
ResponderEliminarMi querida Isabel, mi mas sentido pesame.
mil gracias. eso me esta pasando. mas presente que cuando estaba presente.. un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Isabel, mucho tiempo sin leer nada de tus siempre bienvenidas e interesantes experiencias. Se echan de menos! Un abrazo
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