Escuchando
una entrevista en canal 33 a Joan Margarit (premio nacional de poesía 2008) he disfrutado,
aprendido, reflexionado. Arquitecto y poeta; natural y contundente, humilde y seguro de sí mismo… su poesía te arrastra a la lectura, pero también a la vida,
así le definen en el reportaje Pienso luego existo. No soy lectora de
poesía, me gustaría serlo; flagante contradicción que apunto. La palabra en estado puro, inalcanzable, oscura y bella… cerrado el
apartamento de la playa… recitada o dicha por Margatit; un placer.
Y, de
repente, en plena entrevista, distendida, preciosa entrevista, sale el tema de
las dos Españas. Y, por un momento, su palabra certera convence, me convence… “el lenguaje es mucho más que una herramienta
de comunicación” cierto, muy cierto, la
mejor de las armas; la palabra certera. Y,
una vez pasado ese instante de embelesamiento o anestésica sumisión... entiendo, pero, al mismo tiempo, me hubiera gustado que otro poeta o pintor de palabras certeras le hubiera contrarrestado. Democracia reciente, realidades que nos confunden, pienso. En
resumen: a Catalunya no la entiende ni Dios. Ni rojos ni azules, ni casposos
del pasado ni progresistas, poetas,
arquitectos, de norte a
sur, así lo respiro entre viajes y amigos; señores; España; más que simplificarla o dividirla en buenos y malos, también convendría entenderla... normales, personas normales, la mayoría, como aquí, cómo allá... poesía, más poesía, como una poesía de Margarit…
partiendo de una anécdota personal, una
realidad sensorial, el poema avanza hacia lo que no se ve… buscar dentro de uno
algo que también esté dentro del lector, algo universal; complejo oficio, el
del poeta, llegar a la verdad, una
verdad que existe
pero debió romperse en mil pedazos --frase de Espriu que nos recuerda Margarit-. Buenas noches a todos.
Foto: Hans Monheim