Acaba
de salir de mi consulta una amiga que ha venido a comentarme la situación
clínica de su padre. Sus ganas de
ayudarle, mejorar su calidad de vida, buscar la mejor alternativa médica;
serenas, delicadas, un diez. Son momentos difíciles para el paciente y su
familia; asumir la enfermedad, saber a qué atenerse.
Los
cuadros degenerativos del cerebro son frecuentes a partir de cierta edad. Y frecuentísimos
entrados en la octava década de la vida en donde por ejemplo las demencias alcanzan una
prevalencia de casi el 50%, es decir, de dos personas de más de 80 años una tiene
la enfermedad de Alzheimer; lo sepa o no; a menudo ignorado, infravalorado,
atribuido al normal proceso de envejecimiento: error de
peso dado que en la actualidad se disponen de medicaciones que frenan el
proceso evolutivo de dicha enfermedad. Y, justo a esa edad avanzada, si se
logra detener el deterioro, se logra mucho, mucho; autonomía y autonomía; si la
memoria falla, que falle, pero, al menos, que la actividad cotidiana se
mantenga aceptable. Y, repito: la
medicación actual para las demencias degenerativas o vasculares
habitualmente enlentece un proceso evolutivo que cogido al
inicio de la enfermedad en edades avanzadas, pues eso, se frena más o menos el deterioro, algo vital para que esta última etapa sea lo más autónoma posible.
La
edad y los múltiples problemas médicos asociados; unos con tratamiento para
paliar los síntomas, otros no; todos importantes de diagnosticar, mejorar en la
medida de lo posible, enlentecer su evolución; síntomas y dificultades
cotidianas; problemas de equilibrio, trastornos motores ya
sean por cuadros parkinsonianos o por otras causas; muy a menudo multifactoriales con caídas y
fracturas… sino la norma, tan frecuente que rara es la persona que llega a una
edad avanzada manejando su propia vida como desearía; pero repito y
repito; el diagnóstico es básico para enfrentarse a lo que vendrá con las
herramientas y estrategias adecuadas. Suerte y paciencia; disfrutar de las facultades
que permanecen intactas, adaptarse, vivir al día, proyectar, programarse
actividades que mejoren el deterioro, lo enlentezcan, calidad de vida, calidad
de despedida. Bravo, amiga.
Foto: Arend ?
Entrada F. A. Nuñez.