Búsqueda en internet; cabina avión, bloqueo. De
confirmarse, se confirma un acto tan deliberado como inexplicable. Aún
incrédula, atrás
quedan las causas de trastorno mental
transitorio como consecuencia de una patología neurológica que excluye la
deliberación o conciencia del acto en sí mismo comentadas en mi anterior entrada. Queda claro; ni detectives, ni adivinos; los médicos necesitamos de una historia clínica completa, paciente frente a frente incluido. Por lo demás, horrible, qué espanto; la mente humana en su versión más oscura e inexplicable. En
plenos días de descanso, despejado el cielo, negro el deseo de seguir
escribiendo sobre un siniestro tan dramático, más de tres mil visitas en un par de días merecen
un punto y seguido en base a estos nuevos datos. Precipitados o no, presupongamos ciertos. ¿Qué puedo añadir?
En
plena depresión; ideas de suicidio, si se detectan, el ingreso debe ser
inmediato. Si algún amigo os cuenta sus deseos de suicidio -creerle o no- pero
ponerle en contacto con un psiquiatra de modo urgente. Ese consejo es
prácticamente lo único que puedo aportar sobre un tema que no entra dentro de
mi campo de especialidad. Eso y
comentaros que la psiquiatría debate sobre la culpabilidad de los actos
criminales de psicópatas y demás mentes enfermas que por la propia enfermedad
se suben a un tejado y disparan a matar sin más razón que su propia mente
enferma. Un debate que se enreda en la propia tela de lo inexplicable. Hace unos años asistí a uno de esos debates
surgido de una conferencia sobre el cerebro y la toma de decisiones.
En el
coloquio, la pregunta sobre la responsabilidad de una mente psicótica que comete
un crimen; culpable o no culpable dado su enfermedad mental. Y, la conclusión
de los psiquiatras de la mesa, sino unánime, mayoritaria; sino definitiva, si
de peso. Entre tanto enfermo psiquiátrico; brote tras brote, mentes al borde de
precipicios y cuchillos, realidades alteradas, entre tantos y tantos casos…tan
pocos asesinatos, contadas matanzas, horribles, contadas. Así que -con peros y matices- culpables. Maldito
cerebro, a veces. Y, en este caso, ¿qué mente puede realizar un acto así? Narcisista maligno, apuntan psiquiatras consultados por la prensa. Tan extraño como imposible no detectarlo en la vida cotidiana. Qué las investigaciones concluyan antes de sacar más conclusiones.
Foto entrada F.