Día
sí y día también, tragedias que se superponen. Hace apenas unas semanas, reflexionaba
en este blog sobre el avión estrellado
en los Alpes, cuando sobrevino la
matanza de estudiantes en Kenia. Ahora el terremoto del Nepal de descomunales consecuencias. Sin respiro, día sí y día también, mientras nuestra
vida cotidiana no se libra de enfermedades, accidentes, tumores, adioses.
Y me pregunto. ¿Cómo se las apaña nuestro
cerebro para despertarse cada mañana, arreglarse, desayunar periódico
en mano, planificar actividades múltiples, solucionar problemas, entretenerse, bromear al teléfono? Egoísmo
o impotencia, conformismo o supervivencia.
La historia
de la humanidad es una historia de supervivencia. De acuerdo. Adaptación al
medio. Sin duda. Pero, algo especial encierra nuestro cerebro que nos conduce a mirar
hacia adelante y apenas hacía atrás.Y no lo llamaría egoísmo sino futuro,
expectativas, olvido. Siento que me estoy adentrando
en una reflexión grande en exceso para una especialista en neurología dedicada
al paciente y sus enfermedades. Pero, saber, saber, algo sé, después
de tantos años, así que continuo pensando sin dejar de teclear. La memoria. En los
entramados de los mecanismos funcionales de nuestra capacidad para recordar o, más propiamente, para olvidar, pudiera estar la clave. Posible.
Y es
que nuestra memoria nada tiene que ver con una grabadora. Imaginad lo que seríamos. Grabar cada detalle de nuestras
vidas; un sinfín de nadas; cruzamos por la derecha, nos saltamos un semáforo, se
derramó un poco de café con leche en el plato… grabarlo, guardarlo y recordarlo para siempre.
Nada que ver. Adentrarse en el estudio de nuestra memoria es descubrir una maquinaría
infinitamente más imaginativa; es descubrir que, lejos de funcionar como una
grabadora, nuestro cerebro está organizado,
diseñado, desarrollado fundamentalmente para
olvidar.
Pues
eso, no grabamos sino mayormente olvidamos… recordamos lo que queremos
recordar, o, ni siquiera, impactos imposibles de olvidar no se olvidan pero se
mantienen agazapados, al margen de
nuestro día a día. Nuestro cerebro y sus mecanismos neuronales
nos dirigen, lanzan hacia delante; presente y futuro. Nepal en el recuerdo. Ahora toca salvar vidas, ayuda y más ayuda, ayuda sostenida, alma y destino.
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