Exdeportista
reconocido. Alto y elegante. Grande, !cómo disfrutábamos con mi padre
viéndote jugar! Setenta y largos, prótesis de rodilla recién colocada con éxito. Por fin sin dolor. Y resulta que ahora se encuentra más inseguro al caminar.
Mientras
le escucho... mi padre, el paso del tiempo, el deporte y
el cuerpo que años después debe
seguir funcionando; articulaciones, espalda, codos, rodillas…
Me
concentro en el paciente. "A ver como camina, caballero" Capaz, sin apoyos, una marcha
compleja, inestable; inestable entre otras cosas porque su pierna intervenida no le dolerá pero la ladea hacia fuera de
modo evidente. El giro para regresar del pasillo a mi despacho es más o menos
correcto y sus pasos son amplios levantado
los pies. La base de sustentación quizás esté algo
aumentada. Sigo indagando.
"Manténgase
en pie, los pies muy juntos": correcto. "Ahora cierre los ojos": se tambalea y debo sostenerle para que no se caiga. Prueba de romberg positiva, es decir, necesita la vista
para que su cuerpo reconozca su posición. Al cerrar los ojos, se pierde ese
recurso y solo nos queda la sensibilidad posicional cuyas vías van a través de los nervios periféricos
sensitivos de los pies y ascienden por la médula hasta el órgano central del
equilibro o laberinto en el interior del cerebro. Los reflejos algo vivos o exaltados - dato importante- el resto exploración normal.
Ya se donde está el problema, aunque debo confirmarlo. Le solicito las pruebas complementarias necesarias para localizar exactamente la lesión dentro de ese sistema
o vías de los pies al laberinto. Le acompaño al mostrador. Me despido. Parece
tranquilo, contento con la visita; me alegro de haber conectado tan bien.
Un
par de semanas después, las pruebas sobre la
mesa. El diagnóstico entre ellas: un
severo desgaste de las vertebras C3-C4 que desplaza la médula hacia atrás. Y, al desplazarla, la parte posterior por donde asciende la vía sensitiva posicional se ve afectada. De ahí la inestabilidad. Tratamiento:
intervención quirúrgica. Mientras se lo explico, me mira entre la serenidad y la súplica: recién operado de su rodilla, confiaba en una temporada de recuperación y tranquilidad. Aporta una RNM cervical de hace un año. La examino y comparo con detalle. La misma lesión, sin aparentes cambios en un año. Me agarro a ello." Tranquilo,
por unas semanas más, no creo se modifique el problema; aunque, la médula es la
médula, vaya contactando con el neurocirujano y que le explique más detalles de
la intervención, hoy en día la neurocirugía ha avanzado mucho, sus técnicas son menos invasivas, la recuperación suele sorprender por rápida" me
despido, parece resignado y mantiene sonrisa y optimismo, formado en el esfuerzo, vuelvo a acordarme de mi padre, buenos tiempos.