A un par de capítulos de terminar Corazón tan blanco, entre la lista de lecturas para estas vacaciones: Los Enamoramientos, del mismo autor; más que el título, lo que me inspira es recordar lo mucho que disfrutó mi padre descubriendo a Javier Marías. En pleno verano, uno de sus últimos veranos, hombre de costumbres, costumbres y novedades -novedades que rápidamente adquirían la categoría de costumbres de tanto apasionamiento y repetición- después de la siesta, ese año, añadiendo el placer de conducir su Mercedes recién estrenado, su habitual paseo en coche bordeando la costa verde de Comillas; acantilados suaves, cercano el mar, los picos de Europa al fondo. Por poco que se lo permitiera el tiempo, repetía su baño de la mañana; mar de corrientes traicioneras, disfrutaba nadando, desde niño, desde siempre, para luego instalarse a leer en el salón abuhardillado de su casa que tanto le gustaba. Éste será el primer verano sin él, sin su presencia; presencia que llenaba sin pesar; firme y ligero, libertad y respeto, compromiso y confianza... más que echarle de menos, mucho más que eso.
El nuevo libro de J.M Coetzee, -otro de mis autores más admirados- irá en segundo lugar. Con “Desgracia” me introduje en su mundo: crudo y real, poético, cercano a Beckett, desnudo y absorbente, más claro y trasparente. “Vida y época de Michael K”, me impactó para siempre: un personaje peculiar y superviviente de la guerra civil sudafricana mete a su madre enferma en una carretilla y a caminar… huir, sufrimiento y verdad, desconcierto. En “Hombre lento” toca temas muy presentes a lo largo de mi profesión; dependencia, soledad… y los toca con su admirable estilo; conciso, poético, sin romanticismo ni concesiones, también el amor existe.
Así pues, la nostalgia y pensamiento
de estos dos grandes de la literatura marcarán el arranque de mis
vacaciones; frente al Mar de Miami o las terrazas del Trastevere; esa Roma de
rincones escondidos que tanto disfruté al descubrirlos hace ya unos cuantos
años, callejeando o sentada en uno de sus cafés, flotando en su ausencia y
presencia, así planeo la mitad de mis vacaciones, después, Comillas entre
familia y amigos de toda la vida, sus costas, sus playas de arena fina y mareas
extremas, un mar tan traicionero como fresco
y limpio, olas rompiendo reparadoras
bajo esos días de sol y nordeste absolutamente
maravillosos, entre su ausencia y presencia,
ausencia y recuerdo; buen tema para reflexionar… permitidme posponerlo
para el otoño, ahora toca flotar, feliz verano, amigos.
Foto:Discover Comillas
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