Menudo
tema. Lo siento, amigos, la asignatura ni se estudia, ni se nombra, pero toca. Como
médico formado y dedicado a la calidad de vida del paciente, ha sido necesario
la cercanía afectiva con la enfermedad
para que focalice esfuerzos, consultas y estrategias orientadas
a conseguir que la situación sea lo menos traumática posible una vez llegado a ese punto sin retorno. Me explico y
resalto.
Los mórficos son una excelente solución para aliviar muchos procesos terminales que cursan con dolor, sin embargo, no todo el sufrimiento que comporta el final de un elevado número de enfermedades se resuelve con dichos fármacos. La sedación mediante otras medicaciones se presenta como necesaria en muchas ocasiones planteandose a menudo el dilema entre sedar o sufrir -no sólo a nivel físico sino también emocional- evitando en lo posible terminar de modo activo con la vida del paciente. Curar y no matar es la misión del médico, señores; calidad de muerte; menuda asignatura suspendida en tantos casos.
La
eutanasia pasiva y activa. No me adentraré en un fondo sobre el cual no me he
dedicado a lo largo de mi vida profesional. Solo pretendo apuntar en la
dirección en que tarde o temprano la sociedad se verá destinada a afrontar de frente. Cuántas aristas
me vienen a la mente de bote pronto.
El cansancio ante la prolongada
enfermedad no ya por parte del paciente sino por parte de su entorno, por ejemplo. Al paciente le corresponde decidir sobre su final, por
supuesto; pero el asunto no es tan sencillo como parece. Ni las fuerzas, ni la
mente, ni los medios, ni el conocimiento adecuado… hasta cuando si, hasta cuando no;
un tema realmente complicado.
La
sociedad envejece. Las residencias se llenan de casos que viven sin vivir en
sí, pero terminar con estas vidas porque
ya no viven como nos gustaría que vivieran ni es de recibo ni debe plantearse
así. Testamento vital; buen camino, pero
me temo que ni mucho menos suficiente. Cada caso con sus particularidades, sus límites. Sólo se me ocurre una solución: debate y debate, cada paciente es un mundo, una historia, una vida, una muerte, afrontemos el tema desde la reflexión; calidad de muerte; buen comienzo para arrancar el debate, pero, sobretodo, un gran respiro para vivir mejor lo que nos queda del día.
Foto entrada F. Alicia Nuñez