Desde
hace un par de semanas tengo una mancha de barro en la mampara de mi moto. Está
esquinada y no me quita visibilidad por lo que el asunto no es urgente, pero,
cuanto antes la limpie, mejor. Pues bien, cada vez que me subo a la moto,
veo la mancha y me acuerdo que no recordé limpiarla y, en ese momento, pues no es momento de regresar
a casa en busca de una bayeta o trapo mojado. Así llevo un par de semanas. ¿Qué
clase de memoria es la encargada de avisarme que debo limpiar la mancha en el
momento oportuno y no cuando la veo y ya no es el momento oportuno para
limpiarla? ¿Qué tipo de memoria me está fallando?
Si queremos entender en qué consiste la memoria, por qué nos falla y que podemos hacer para mejorarla, lo primero que tenemos que entender es que no existe una única memoria como función cerebral, sino que se trata de una actividad mental compleja compuesta por distintos estadios o fases y, a su vez, existen distintos tipos de memoria. Distintas fases y distintos tipos. La primera y esencial división: dos grandes bloques; la memoria consciente y la memoria inconsciente; cada uno de ellos con sus particulares circuitos neuronales de alguna manera interrelacionados. En otras entradas hablaremos de todo ello. Hoy toca hablar de la memoria que me está fallando. La memoria de trabajo.
Si queremos entender en qué consiste la memoria, por qué nos falla y que podemos hacer para mejorarla, lo primero que tenemos que entender es que no existe una única memoria como función cerebral, sino que se trata de una actividad mental compleja compuesta por distintos estadios o fases y, a su vez, existen distintos tipos de memoria. Distintas fases y distintos tipos. La primera y esencial división: dos grandes bloques; la memoria consciente y la memoria inconsciente; cada uno de ellos con sus particulares circuitos neuronales de alguna manera interrelacionados. En otras entradas hablaremos de todo ello. Hoy toca hablar de la memoria que me está fallando. La memoria de trabajo.
Cada
día nos enfrentamos a multitud de tareas. Hacer esto, hacer lo otro. Parece sencillo,
pero, mientras hacemos algo y nos acordamos de una tarea que deberíamos hacer
después, eso que dejamos para más tarde debe de quedar en reserva en alguna
parte de nuestro cerebro, de lo
contrario ¿cómo nos acordaríamos de hacerlo? Es decir, de alguna manera, el
cerebro nos avisa que mantiene esa tarea guardada en los entramados de la
memoria y que ha llegado el momento oportuno de realizarla. ¿ De qué memoria estamos hablando? Estamos hablando de un tipo especial de memoria llamada de trabajo. Constantemente
estamos programando actividades para realizar después de… vas al baño, ves unas
pastillas, recuerdas que antes de cenar debes tomarlas… ves un libro en el
suelo y optas por recogerlo después. Ves una mancha en la mampara de tu moto y
queda la tarea pendiente a realizar. Te propones parar en una gasolinera y limpiar la manchita que ya
está bien de ir con manchitas por la vida. De hoy no pasa. Así llevas dos
semanas. El lunes, al subirme en la
moto, volveré a ver la manchita, volveré a maldecir mi memoria de trabajo. ¡Con cuánta frecuencia
olvidamos la tarea que pensamos hacer si no actuamos de modo inmediato! Y es
que la memoria de trabajo -función ejecutiva localizada en los lóbulos prefrontales-
es la más humana de las memorias y la
que se ve más afectada a medida que envejecemos. Tranquiliza, pero ya está bien
con la manchita. El lunes me prometo a mi misma limpiarla. Ahora mismo me levanto, cojo un spontex y lo dejo en el suelo frente a la puerta de salida. No tengo previsto invitados para el domingo - menos mal- estaré todo el día fuera, me espera una comida en casa de una íntima amiga con sobremesas tan entretenidas como largas. El
lunes, al verlo en el suelo, me acordaré. Cómo salga distraída y me suba a la moto y vea la manchita y me acuerde del spontex olvidado en la puerta de salida, me pego un tiro.
Foto entrada F por Alicia Nuñez