Derecho a decidir; por supuesto. Primer obstáculo a superar consensuadamente. "En democracia cuando una ley no nos gusta, lo que debemos hacer es
cambiarla democráticamente” coincido con las líneas expresadas por
el candidato del PSC a la presidencia de la
Generalitat. Del blanco al negro, distintas posiciones todas ellas
representadas en unas elecciones: básico, esencial. Y que cada parte se defina con claridad sin esa
pretensión perversa de arañar votos manipulando el discurso para ganar las
elecciones. Distintas posiciones. Discursos honestos. Con esta doble condición, el órdago lanzado
por el actual president de la Generalitat
no solo me parece aceptable sino
oportuno a pesar de la monumental crisis económica en la que andamos
inmersos sin aire ni atisbos de solución ni siquiera a medio plazo. Basta ya de abrir brechas en plan hormiguita
hasta que la brecha sea lo suficientemente grande como para que una mayoría
comparta la misma opinión. Tras treinta años de democracia, ha llegado la hora de la verdad.
Vivir en sociedad. Comunidades de vecinos. Las
padecemos y las disfrutamos. Cerebros sociales. De la inteligencia emocional a
la inteligencia social. Distintos acercamientos de enorme interés para
comprendernos como personas. Del sistema límbico o cerebro emocional a las áreas prefrontales o cerebro social; El
cerebro de la civilización o
esas zonas anteriores de los lóbulos frontales especialmente desarrolladas en
los seres humanos; la parte de nuestro
cerebro más misteriosa y apasionante; región responsable de la percepción
consciente de las emociones, del pensamiento abstracto, probablemente el lugar donde se genera la conciencia de uno mismo, la razón de ser personas. Una zona indispensable como seres sociales y al mismo tiempo en interrelación constante
con el resto del cerebro. Una sociedad en
permanente equilibrio, interrelacionada, dependiente; democrática. Se acepta el
reto, caballero.
Foto: Carlos Güell