Estamos
asistiendo a un cúmulo de disparates y preocupaciones locales de tal calibre
que mi mente no es capaz de abstraerse y centrarse en otros bosques más
universales. Algo incrédula, compruebo que
las entradas de mi blog abarcan
cuatro de los cinco continentes, así que lo aconsejable es reconducir y ampliar mis puntos de mira. Prometo
intentarlo, me costará su tiempo, conociéndome, desacierto tras desacierto ante
mis narices. Ser político, diplomático, don de gentes, expresarse con sutileza
hasta el punto de decir lo que se piensa
sin herir sentimientos ni exaltar opiniones divergentes. Buena lección de lo contrario, señor ministro de cultura. Qué
torpeza. Por Dios. Ustedes lo que tienen que hacer es gestionar bien los
recursos de todos, optimizarlos, tantas cosas por hacer, todo menos adoctrinar
a nadie por mucho que otros lleven tiempo haciéndolo y sepan venderse mejor por estos mares. Así
estamos. Qué tristeza.
Significado
de las palabras por los aires y estados de ánimo al margen; de todos los avances en neurociencias
sobre el lenguaje, uno destaca por enigmatico y al mismo tiempo esclarecedor: el don de la palabra. Porque no cabe duda de que la palabra es un verdadero don; un don no divino
como adelanté en la entrada de hace pocos meses “La palabra adecuada”
Basta ver crecer a un niño para darse cuenta de algo tan extraordinario y esencial. Sin esfuerzo, con sólo escuchar
las palabras de su entorno, sobre el año de vida el niño comienza a
decir palabras, a los 18 meses ya las combina y a los tres años posee una
amplia capacidad lingüística; un verdadero milagro de la evolución. Nuestros
antepasados fueron moldeando el lenguaje simbólico e inventaron la sintaxis. Lo que a la especie humana les debió costar
miles y miles de años, en poco más de tres años, el niño lo adquiere sin
necesidad de aprendizaje directo. ¿Qué conclusión se extrae de ello? Pues que
de alguna manera nuestro cerebro dispone de una especie de programa biológico
neuronal predeterminado que le confiere la facultad de cazar al vuelo las
gramáticas del entorno durante los primeros años de vida. Una base genética
para adquirir cualquier idioma durante un periodo de tiempo limitado llamado ventana de oportunidad. CUALQUIER IDIOMA; lo que
nos lleva a toda una revolución conceptual introducida por el eminente lingüista y pensador Noan Chomsky:
la gramática universal. Muchas más similitudes que diferencias entre todas las
lenguas humanas; tomen nota, señores políticos; unos empeñados en unirnos, otros en separarnos... si lo que pretenden es continuar por la senda de sus torpezas, desconocimiento e intereses, al menos dejen a nuestros cerebros desarrollarse en
paz.