De
regreso a la nube, pienso en mi nuevo libro sobre la memoria. Calculo un par de
meses para su presentación. Lo que comenzó siendo un encargo que en un
principio rechacé - en esos momentos me encontraba con la sensación de
haberme vaciado por completo escribiendo “el
cerebro al descubierto”- ha
terminado siendo un gratificante proyecto personal del que me siento
especialmente satisfecha. Entre la novela y la autoayuda; una mezcla tan
difícil de encajar como acertada según trataré de explicar. Y es que la memoria es un campo de doble filo. Por un lado, apasionante, por otro, mucho más
arduo en contenido de lo que el
lector en general está dispuesto a soportar. Me explico; ya existen publicados
más que aceptables libros sobre como los campeones de la memoria son
capaces de aprender listados telefónicos enteros; sobre como potenciar esta
colosal herramienta llamada memoria. Bueno sería leerlos, aprender todas las
técnicas posibles para potenciar esta
gran arma de conocimiento. Desde mi punto de vista, el problema está en que aprender
a aprender deberiamos haberlo hecho en el colegio. Ninguneada por tantos programas
educativos, la memoria, cuando a partir
de cierta edad comienza a declinar, no es que sea demasiado tarde para aprender a
potenciarla, pero, simplemente, por lo general,
la pereza vence a la necesidad e interés. Así pues, tratandose de la memoria, el formato novelado (en un principio escogido más por intuición que por reflexión) si se pretende captar la atención de un público mayoritario, es el más atractivo, adecuado a mi experiencia.
De un
caso clínico comentado en el libro, nació el título “La pierna olvidada” Un doctor al final de su
vida, entre el pasado y el presente, van surgiendo historias de deterioro, casos clínicos… Ya falta menos. Estoy contenta con el
resultado a pesar de que el camino para su publicación no ha
sido un camino de rosas, más bien, lo contrario. Si soy sincera continuo
sin entender que un tema de tanto interés general no haya tenido la respuesta
que esperaba. Se lo disputarian, eso pensé
al principio…. Las editoriales de autoayuda porque no publican novelas, las de
novelas porque no publican autoayuda… aunque, es curioso, al final dichas
dificultades han resultado ser
beneficiosas. Esperando respuestas y aconsejada por lectores de plena confianza, fui puliendo el complicado encaje entre ficción y ciencia, entre novela y
realidad... fui profundizando en intensidad y contenido la historia central. Estoy deseando escuchar el veredicto de quien tiene la última palabra: los lectores. Mientras tanto recibo la noticia de la 3ª edición de mi libro " el cerebro al descubierto" Bien por Kairós.