sábado, 8 de noviembre de 2014

Hacia la alegria


“Hay que atravesar la noche una y otra vez. Se debe superar muchas noches para tener derecho a un poco de luz” reflexiona el poeta y dramaturgo Olivier Py en una entrevista en el País a propósito del  estreno en Madrid de su obra  Hacia la alegría que gira en torno a un monólogo por la crisis espiritual de su autor. “He vivido periodos de confusión, pero nunca de extravío. A decir verdad nunca me he sentido perdido”. Comparto. He vivido periodos de duda, preocupación,  incertidumbre más que oscuridad, saltos y sobresaltos, pero, perderme, caer en un caos existencial medianamente profundo, verdadero...  pues, ahora que ahondo en el tema, incluso me recrimino a mi misma cierta falta de valentía para, al menos, por una vez,  atravesar la noche.  

Y, hablando -como no- de crisis, sueño con que aparezcan políticos honestos y cojan las riendas sin demagogias, temo a espabilados, oportunistas, populistas,  burócratas, leyes y más leyes, impuestos y más impuestos, fraudes que cambian de careta, buenos de pacotilla,  salvadores y mesías, nuevas patrias y lo que vendrá. Venga ya.  Meridiano. Seriedad e inteligencia.  Distintas opciones y visiones desde la honestidad y solidaridad, pasión por lo colectivo. Utopía o  simple objetivo al alcance de una sociedad con cerebro y con recursos.

Recientemente, mientras escuchaba  una entrevista de Jordi  Évole  al presidente de un país nórdico, vi una luz. Y me pareció  la  única luz posible en este bosque de humanos  a reorganizar. Las visas. Hasta sus  tarjetas de crédito  están al descubierto. Cada gasto, cada pago. Y, de fondo, la conciencia de una sociedad que trabaja sin sobres.  Una nube, solo vislumbro un buen nubarrón  en esta justa y honesta sociedad a imitar; mientras los impuestos suban y los sueldos bajen; que alguien me explique cómo sobrevive un padre o madre de familia carpintero o leñador, médico o empresario. Hoy llueve, mañana lloviznara,  pasado mañana  a  despejar nubes. Utopia o ilusión. 

Exposicion: Inside
Palais de Tokio