domingo, 15 de noviembre de 2015

El embarazo de occidente


En Londres, saliendo y entrando del hotel, minutos de televisión, la noticia de los atentados de París con tanto muerto y tanto herido  me ha cogido en pleno congreso; cenas, desconexión y búsqueda de lugares que siempre que viajo  a esta envidiable ciudad busco y alguno encuentro cerrado con el consiguiente disgusto.
  
Ya de vuelta, en el aeropuerto, sentada frente a una mujer embarazada, el flash de uno de los comentarios que he escuchado estos días en la televisión inglesa. “Occidente es como una mujer embarazada; embarazada del islam del que ha emergido este espeluznante monstruo llamado estado islámico radical (ISIS)” Terroristas, asesinos, mucho más que simples grupos organizados. Según ellos mismos se definen: un estado dentro de otros estados cuyo objetivo es fagocitarlos. Estados a su vez gobernados por dictadores que entre unos y otros  están dejando a la población sin más  salida que la huida desesperada. Musulmanes ejecutores de un terrorismo atroz, kamikaces sin piedad, entre 1500 millones -según cazo al vuelo estos días-  de musulmanes de paz, aquí y allá “No en nuestro nombre”. 

Atención. Más que en guerra, señores ministros, estamos embarazados. Y el embarazo es de elevadísimo riesgo. Así pues, toca lo que toca  en estos casos. Cuidados y controles minuciosos. Protocolos contrastados, temple y sentido común para tomar las decisiones oportunas; ahora ingresar, ahora reposo, observación, ahora antibióticos… Alerta y profesionalidad, pasos inteligentes.

En fin, de regreso a mi más que recomendable barrio por variado y tranquilo; apenas coches, turistas pero no en exceso, repleto de musulmanes con sus colmados abiertos a todas horas – por mi, encantada, aunque no se entiende tanto horario regulado para el resto de comercios- De regreso a casa, esforzándome por  encontrar un poco de luz, me siento envuelta en una especie de razonada desesperanza, pensando lo que todo el mundo debe estar pensando: Esto es imparable. Lo que nos espera. Más y más atentados. Y no es miedo, sino desazón. Bombardeos como respuesta en focos estrategicos con niños y mas niños como daños tan friamente llamados colaterales. Y no es pacifismo, sino rabia, impotencia, vergüenza. Si al menos este más que complicado embarazo estuviera en las mejores manos. Ni de lejos. Así estamos. París for ever. Referente y más. Y, otra cosa, es vuestra hora, musulmanes de paz. "No en nuestro nombre"  



                                    


                                             


                                       

                                  

sábado, 7 de noviembre de 2015

El impuso de la creatividad

Ando preocupada por la pérdida de mi impulso literario.  De nacimiento tardío, más o menos  a mitad de la treintena, viviendo en  Mallorca, mar y vuelos de ida y vuelta, un amor rematadamente asimétrico, pasión y desesperación, válvula de fuego, tomando cuerpo, creció muy dentro, encontró su voz, su espacio, hasta cinco libros; novelas y divulgación científica; horas que vuelan entre palabras, el placer de encontrarlas, la fuerza de crear, imaginar personajes, una historia. Feliz y equilibrada, entre mis libros y mis pacientes, no sé bien que ha pasado. En mente, varias razones.

La enfermedad de mi padre pudo ser el detonante;  prioridades donde la realidad se impone. Pero, el enfermo era él, yo únicamente sufrí por lo que pudiera sufrir él, traté de ayudarle en  la toma de decisiones - una tras otra, sin respiro- para su mejor vivir o más propiamente morir; aciertos y no tan aciertos, el desgaste.  Poco debí escribir. Luego se fue, casi tres años sin ese lector prioritario;  estimulo esencial, posiblemente. 
  
Las redes sociales. Entras y lees, picoteas por ahí, escribes una frase oportuna, una reflexión, una entrada en tu blog.  Suficiente, posible. Pues menudo impulso literario el mío si al fin ha quedado barrido por este modo de creatividad en minúsculas. Pero, puede ser, coincide en el tiempo.  

La dificultad extenuante por encontrar editor. La ilusión mientras escribes; me lo quitarán  de las manos. Pues sí, de mano en mano, lo siento no encaja en mi línea editorial. En mi caso,  habrá influido, aunque no lo siento como determinante. Mientras escribo o escribía, el impulso va o iba  mucho más allá de su publicación. Vida interior, mío, pasión, tiempo que fluye como un soplo de vida; palabras, historias, personajes. Y el editor... por sentado. No me resisto a claudicar en este aspecto, si algo es bueno, encontrará editor: no son tontos.

La edad.  Ayer estuve en la presentación de los  nuevos diarios del poeta Jaime Gil de Biedma. A los 25 años de su muerte salen a la luz. En vida, a una edad que hoy en día se considera de plena madurez… dejó de publicar. De vocación muy temprana, ya había escrito su pozo, su destino. A partir de ahí, repetirse. Pues tampoco lo veo claro. Por una parte, la edad implica más experiencia, más perspectiva… magníficas herramientas. Por otra, -no hay que engañarse- habitualmente también conlleva menos vitalidad, menos lectores que te importan y ya no están… No sé, una amiga  me cuenta una teoría al parecer francesa… se envejece a golpes, caídas y remontadas, cuando ya te ves camino abajo… de modo insospechado, remontas. A ver si es verdad. Buen fin de semana soleado, amigos.

Presentacion Libro
Diarios JAime Gil de Biedma

       
                                             


domingo, 1 de noviembre de 2015

Un paciente encantador

Un paciente encantador. A pesar de haber perdido expresión facial por  la enfermedad de Párkinson... en los ojos, actitud... brillo, un aura especial; serenidad, madurez, sabiduría, sabiduría más allá de que en los últimos meses a su cuadro clínico de lentitud motora se le haya  añadido cierto deterioro cognitivo centrado en problemas de de memoria y funciones frontales o ejecutivas. Paciente y familia encantadora. Un placer ayudarles con toda la batería de consejos y medicaciones disponibles para aminorar  los síntomas de esta enfermedad degenerativa de evolución muy variable pero progresiva e irreversible.   

Párkinson y deterioro cognitivo. Explorados a fondo,  la gran mayoría de pacientes con esta enfermedad presentan fallos cognitivos. Si bien, una demencia franca no suele ser lo habitual. Confiemos en que mi paciente se mantenga más o menos estacionado en su discreto deterioro cognitivo. Camina lento, pero camina sin ayuda: esperemos se mantenga así... menos, mucho menos probable… posible,  ojalá. De momento, su calidad de vida es  relativamente aceptable, su personalidad intacta. Ojalá sus nietos tengan el privilegio de aprendar  y disfrutar  de la categoría humana de su abuelo; años, muchos años… nuestra lucha.

Pues bien, gran disgusto. Completamente inesperado. Desde la última revisión, su musculatura evidencia una atrofia alarmante. Le exploro y encuentro lo que busco y no deseo encontrar: fasciculaciones o saltitos musculares casi inapreciables en sus cuatro extremidades. El EMG confirma el diagnóstico: Enfermedad de la neurona motora llamada ELA o Esclerosis lateral amiotrófica. Tres enfermedades degenerativas en el mismo paciente. Raro, rarísimo, pero, por desgracia, descrito; ni el primero, ni el último caso.

Y la ELA es de los diagnósticos más amargos que realiza un neurólogo; impotente, informarle, frente a frente. Hasta la actualidad, no se dispone de tratamiento ni siquiera para frenar su implacable curso evolutivo. A pesar de ello, las unidades especializadas - dentro de los servicios de neurología de la sanidad pública- resultan de un apoyo  inestimable. Abren puertas de esperanza, ensayos clínicos, en las mejores manos, ayuda multidisciplinaria ante las dificultades motoras que inevitablemente irán surgiendo.  


Dejo para otra entrada adentrarme en una reflexión fruto de mi experiencia sobre la medicina pública y la medicina  privada; excelencias y carencias, problemas, como se complementan y  se deberían complementar mucho más para conseguir la mejor atención sanitaria  para todos. Otro día. Hoy me centro en facilitar los trámites a mi paciente para que inicie cuanto antes el seguimiento en una de estas unidades de referencia. Y, por mi parte, lo que quiera, a su disposición, cualquier prueba, visita, aún camina por su propio pie, sereno, agradecido por mi apoyo. Me despido agradecida.   

Foto entrada F. A. N. 
                                              

sábado, 24 de octubre de 2015

El testigo


Fue un impulso, un deseo más allá de una necesidad,  nunca antes había sido especialmente altruista en lo que respecta a aportaciones solidarias. Obligación de los estados. A través de los impuestos que solucionen urgencias, huracanes, que espabilen, saquen el dinero de las piedras, fabriquen billetes, se endeuden, ningún niño sin comer.

Cómo una luz, mi padre ya sin vida en su habitación, de inmediato, un testigo; recogido, clavado. Ahora me toca a mi. Mecenazgo. Levantar el mundo, comérmelo; mil ideas solidarias: adelante. 

Pues bien, entre unas cosas y otras, casi tres años y  ni un proyecto en marcha, ni un paso al frente que vislumbre esa luz que, siendo mucho más tenue, aún persiste en mi interior. Del deseo a la práctica. De la idea a la primera piedra. Cómo admiro a las personas que son capaces de llevar a la práctica lo que su mente imagina, desea, sueña o recoge como testigo.

Vas haciendo, pagando facturas, hipotecas, estación a estación,  la rutina, el trabajo, los libros, escritos, pasan los días, casi tres años, a ver si algún día soy capaz no ya de arreglar o comerme el mundo sino de concretar esa luz en algo que no sólo sea un nudo de ilusión. Centrarse. Más que abarcar el mundo, reducirlo hasta concretarlo. Una idea. Pasa el tiempo, menos tiempo. De la idea a la realidad. Releo lo escrito, me gusta, lo siento, qué entrada;  a ver quien la entiende. En todo caso, tiene un lector, un lector o ese hijo que sintió esa luz y aún anda enredado en su día a día, testigo en mano; pendiente.  Del fracaso al éxito; un abismo, abismo factible, estrecho e infinito. Buena tarde de sábado, salgo a andar. Callejear distrae.


              
                                                  


sábado, 17 de octubre de 2015

La paciencia

No estoy de humor. La operación fue bien, pero no del todo. Al mes, precisa reintervención. Día sí y día también, año tras año, viendo  entrar en mi consulta pacientes mayores y no tan mayores llenos de prótesis; rodillas, caderas… operados por aquí, operados por allá; de tendones, muletas, sillas de ruedas, superando la edad, la vida. A pesar de ello, cuando te toca más de cerca, la paciencia no salta, pero casi. Vislumbrando males. Ingresar y lo que se avecina; fragilidad de venas, pinchazos y más pinchazos, epidural que no es coser y cantar, nada es coser y cantar.  Y el baile de enfermería: mareante tiovivo de turnos. Del modelo maternal al sargento, alguna sin tacto ni vocación, la mayoría amables y muy competentes. Toca paciencia.   

La paciencia. Más que hablar sobre la paciencia, me gustaría  potenciarla; de pajarito  a buda, la experiencia de los años  no ha sido suficiente. La paciencia. ¿Qué es exactamente ? A ver que encuentro. 

“La virtud de soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien” No está mal, algo simple, incompleta. Por ejemplo, en mi caso, impaciente, soporto estoicamente contratiempos y dificultades. Sigo buscando. Menos mal que existió Aristóteles: "La paciencia como equilibrio entre emociones extremas o punto medio. Con ella se consigue sobreponerse a las emociones fuertes generadas por  desgracias o aflicciones. Necesidad de entrenamiento práctico ante el asedio de los dolores y tristezas de la vida” La paciencia como mediador de emociones. ¿Mediador de emociones ¿De qué función cerebral estamos hablando? En todo caso, para mediar se requiere razón, cerebro frontal.

Virtud. Podría discutirse. No encuentro nadie que lo discuta. "Virtud de quien sabe sufrir y tolerar contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esperar con calma a que las cosas sucedan ya que a las cosas que no dependen estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo" Concluyendo la búsqueda: "un rasgo de personalidad madura".  Indiscutible. No obstante, de todo el repaso me quedo con  Aristóteles y ese equilibrio o punto medio que es necesario entrenar. Obligado entreno. Y un apunte personal. El optimismo ayuda, no así el exceso de conocimiento que palpita como una especie de tortura interior silenciosa.  Mas claro agua: en lo que respecta a la salud y enfermedad de mi entorno más cercano; moriré impaciente.

Foto entrada F. A, N
Kurt

                                               
                                   



viernes, 4 de septiembre de 2015

La muerte de occidente

La imagen del niño en la orilla; sin palabras. La muerte de occidente. Sin duda, el símbolo que nos acompañará este siglo; un siglo  que en sus inicios parecía iba a ser tiempo de paz y progreso y no ha hecho falta ni una década para comprobar que ni siquiera Europa es capaz de organizarse. Mercados financieros devoradores de ideales altruistas, fronteras que se cierran,  incapaces, solidarios como gotas de agua más que insuficiente.

Recién llegada de un verano placentero, me disponía a hablar de palomas sobre el tejado, mi pequeño asesinato, la lógica de nuestras decisiones... ahora, impotente, dudo, el niño en la orilla, abrumada, sigo con mi historia.

Recién llegada a mi dúplex; abro la puerta, dejo  las maletas en la entrada. De inmediato, me sobresalto; extraño y aparatoso ruido que proviene de las habitaciones de arriba. Subo y compruebo una especie de  baile de pisadas y aleteos entre el tejado y el pladur del dormitorio principal;  ratas o palomas. En unos segundos,  cesa el ruido, tan solo se insinúa algún pequeño movimiento.  Ahí mismo, llamo a un constructor de confianza.

Palomas: confirmado. Un ladrillo roto, entran y salen, nidos y supuestas crías sobre el pladur. La decisión no puede ser otra a no ser que pretenda un obrón de varios días para salvar a unas crías que  a ver cómo me las como una vez salvadas. El operario se sube al tejado, las palomas salen volando; salen todas, todas las que pueden volar. Quedan nidos; se presupone; tampoco pregunto lo que incomoda. Tras un rato dando golpes al pladur para que salga todo lo que pueda salir, manos a la acción; la lógica de las decisiones: cerrar el hueco abierto, poner una red protectora.

Una vez concluido el trabajo; ya no hay ruido. Algo sí, pequeñas pisadas; se intuyen; prefiero ni enterarme; me despido del operario, salgo del apartamento. Regreso al cabo de unas horas. El silencio confirma que si quedó atrapada  alguna cría ya no respira. Colgada de la red; una paloma muerta evidencia el intento fallido por sobrepasar obstáculos y regresar al nido. Menuda historia para no contar. Llamo al constructor. Que vuelva, que retire la paloma, repare la red, termine este mal rollo: mi pequeño asesinato. Desagradable sensación que me acompaña unos días. A contradictorios no nos gana nadie. Comemos huevos, pollos y polluelos, corderos y lechales… de niña me encantaba  pescar; gran momento; el pez picando el anzuelo; el cangrejo, entrando en el esquilero; la emoción, alegría. En este caso, lo contrario; desagradable sensación; de pena, de pequeño asesinato. Menuda manera de empezar el verano. Horrible manera de acabarlo. La imagen del niño en la orilla. Qué espanto. 


                                               
   


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domingo, 12 de julio de 2015

Entre la falta y el exceso de confianza

Aún griega… aún digiriendo la indigesta papeleta del sí, aún respirando el no, aún asumiendo el enrevesado resultado final: no, no pero sí; sí a un tercer rescate bajo el triste y viejo paraguas de subidas de impuestos y reducción de pensiones. Menudas lumbreras. Desesperante. Entre tanto experto, ¿cómo es posible que en época de vacas famélicas no vislumbren otra salida que ahogar aún más el consumo? Entre tanto gasto superfluo que no cuesta imaginar  bajo las alfombras públicas ¿cómo es posible que se recurra a menguar aún más la única opción de superviviencia para tanta gente? Y ahora qué. Ahora a esperar a que Alemania y compañía les cuadre los números. Y cuando abran los bancos qué. ¿Qué hacer con mis ahorros?  La confianza por los suelos. Menudas lumbreras.

Y, hablando de confianza, me viene a la mente un caso recién padecido en mi consulta. Siguiente paciente. Historia en mano, relajada, hacia la sala de espera. Solo verles, tierra trágame. A lo largo de tantos años ejerciendo esta bendita profesión, uno aprende a sobrellevar con relativa tranquilidad situaciones de todos los colores, pero, un caso así, un caso tan desagradable, ni lo recuerdo, ni lo deseo nunca más. Acorralada. Por suerte, no volverán, eso pensé en la que creí última visita, ante la nefasta conexión se buscarán otro médico. Pues, por lo visto, no.  O, por desgracia, volvían a escogerme a mí. Su mujer al frente, menudo par. Sólo entrar, la misma historia, quejas, actitud. "Imposible convivir con él, doctora. Haga algo" nada de suplica en su tono; la señora no está para cuentos; exige, reclama, muerde, como si fuera  mi obligación resolverle de inmediato su problema de convivencia. Mientras ella no grita, pero casi, su marido -el paciente- se mantiene relativamente calmado, alerta, cara despectiva hacia su mujer. "Qué exagerada. No digas tonterías. No la haga caso, doctora". "Claro que tiene que hacerme caso, dígale que no puede conducir, dígale que no puede beber alcohol" Le miro, se lo digo, más que nada, circunstancias obligan.  "Más fuerte, dígaselo más fuerte, mucho más fuerte, no puede, no puede"

El caso es que desde el punto de vista  neurológico el paciente únicamente presenta un moderado déficit de memoria reciente el cual no parece haber empeorado desde la última visita y que está lejos de poderse etiquetar dentro de un cuadro de inicio de demencia o deterioro cognitivo amplio. Ni parece delirar, ni depresivo. En todo caso un problema de personalidad a valorar por un psiquiatra, aunque su conducta se muestra  mucho más normal que la de su mujer. No dudo de la veracidad de su desesperación, pero lo que veo, pues es lo que veo. El resultado del TAC craneal fue normal, así que, ante las mismas quejas, no precisa repetirse. ¿Han ido a visitar a un psiquiatra como les aconsejé?  "No quiere, se niega, se niega a todo." ¿Y sus hijos? ¿Tienen hijos?  "Mis hijos, mis hijos están muy preocupados, no han podido venir hoy, pero vendrán otro día" Santo cielo, lo que me faltaba, recordando de inmediato la cara de mala uva  de uno de los hijos en su primera visita. En fin, no sigo, de pegarse un tiro, abandonar el barco..  mala historia para recordar. Pero, así están los tiempos para todos, en este caso, exigencia fuera de lugar más que falta o exceso de confianza. Suerte, Grecia. 

Entrada en F. A. Nuñez
Dniqo
                                                        



domingo, 5 de julio de 2015

La mente de Europa


Me imagino griega… orgullo, dignidad… entre tanto caos emocional, político y monetario; mis ahorros, mis esfuerzos, el futuro; incómoda, muy incómoda: si, pero no; no, pero sí. Menudos tiempos para salir corriendo. 

Entre los muchos artículos al respecto leídos en estos días; me decanto por un concepto clave:la Unión Europea se basa en la confianza de un proyecto compartido; solidaridad y responsabilidad; reglas y programas que se negocian en Bruselas y no en cada país integrante con la consiguiente pérdida de soberanía de los respectivos territorios nacionales. Unión Europea. Así de claro.

Y, siendo muy optimista, - no suelo serlo- no sé bien porqué veo una luz a este desequilibrio de intereses, fuerzas, balanzas, mercados, ayudas y al mismo tiempo medidas de ajuste que han contribuido a dejar en la cuneta a profesionales con varios idiomas en sus mochilas, aumentado el desempleo y la pobreza  de parte de  una sociedad que se fundamenta en el bienestar de su población. Y veo una luz que justamente sale de Grecia y de sus actuales dirigentes que -al margen de excesos y descalificaciones- no han entendido o no han querido entender donde se encuentran; fracasando en sus negociaciones; precipitando a su gente a un abismo donde a saber como saldrán: magnates que hace tiempo retiraron sus dineros; pequeños ahorradores que durante estos meses han sacado del banco lo suyo; otros más altruistas ahora acorralados pendientes de retirarlos en cuanto se abran los bancos. 

Y, ante tal panorama, paradójicamente, siento que Europa en su conjunto  puede salir reforzada de este monumental embrollo si todos sus integrantes entendemos de una vez por todas algo tan simple como por lo visto difícil de asumir: pertenecer a la Europa del Euro es trasferir parte de la soberanía nacional a ese conjunto de estados llamados Unión Europea. Y es cumplir unas normas que se acuerdan en Bruselas en base al equilibrio de fuerzas e ideologías resultante de las elecciones europeas. Con sus pros y sus contras, formar parte de la  Europa del euro es asumir ese marco de acción, un marco al parecer en extremo oligárquico a intentar mejorar a través del debate y el voto. Nos  guste o no, jugar a quererlo todo, ni vale, ni cuela, o no debería colar, salga el Sí o salga el No. Por mi parte, se sobreentiende, preferiría que saliera el Sí, entre otras muchas razones, a ver como se come el No-.  Suerte, admirada  Grecia,  hoy la mente  eres tú.  


                                       






miércoles, 1 de julio de 2015

Dilema cada día más frecuente

Noventa y tres años. Iniciando un cuadro de demencia -al igual que  el alrededor del 50% de la población de más de ochenta  años-. Reciente aplastamiento espontaneo de un cuerpo vertebral, luego otro, y otro, hasta cinco – al igual que muchas mujeres que a partir de la menopausia sus huesos van perdiendo más consistencia de la habitual desarrollando una osteoporosis con riesgo de fracturas; algo que hace años ni se miraba, de obligada revisión en la actualidad, pues existen tratamientos y medidas preventivas eficaces al menos para frenarla-.

Pero sigamos con esta paciente, pues, desgraciadamente, su historia clínica continúa. Entre dolores, de repente, amanece con el párpado caído y sin visión de ese ojo. Amiga de su hija, me desplazo a visitarla. La exploración neurológica localiza el problema en una zona concreta del interior del cerebro. De inmediato, pienso lo que pensaría  todo el mundo. Pues vaya, a esta edad, tenga lo que tenga, de un hilo, ni tocarla. Entonces, ¿para qué someterla a pruebas diagnósticas? No obstante, el TAC en la actualidad es de muy rápida realización; entrar y salir, tan sólo la molestia del traslado al centro en ambulancia. La solicito. Resultado: sin hallazgos, sin evidentes lesiones ni imágenes sugestivas de la trombosis del seno cavernoso que sospechaba como primera impresión diagnóstica por el comienzo agudo del cuadro.  Pues, vaya, a seguir investigando. Toca  resonancia.   

La RNM craneal es una prueba inocua, pero mucho más molesta; inmóvil, dentro de un tubo o bajo una máscara: al menos durante media hora. En este caso, dado su deterioro cognitivo con agitación ante mínimos cambios de su rutina, deberá realizarse  bajo sedación.  Pues, vaya. Noventa y tres años... la vista de un ojo ya perdida... pensando en el otro. ¿Un  tumor no detectado en el TAC realizado? Posible. ¿Intervenirlo? O un aneurisma: en este caso, su intervención es poco agresiva. A través de una punción en la zona inguinal se introduce un catéter y se accede al aneurisma; se clipa y se evita su crecimiento y el riesgo de rotura. Un catéter ascendiendo por unos vasos tan añosos, habrá que sedarla... dilema para los que realicen la intervención.  Por mi parte, debo tener muy presente que, aunque iniciando un cuadro de deterioro cognitivo, la paciente se comunica bien, disfrutaba leyendo, ahora, con un solo ojo, se cansa, apenas lee, sin embargo, aún puede ver  su cuarto, el cielo, sol y verde, el jardín,  a sus familiares.

Realmente, a cierta edad, la toma de decisiones difícilmente acaba bien. Si se actúa, porque se actúa; si no se actúa, porque no se actúa. Trato de aportar mi experiencia y conocimientos más allá de libros y explicaciones para que decida la familia. De entrada, visto el Tac, aconsejo tratar a ciegas las posibles causas inflamatorias no tumorales y ver la evolución. 

Pasadas esas semanas,  no se evidencia mejoría alguna. Además, desde hace unos días se queja de  la visión del ojo sano. Toca decidir de nuevo. Aconsejo realizar otro TAC craneal pero esta vez sin y con contraste y centrado en el área donde se localiza el problema. Ya os contaré. Demencia, aplastamiento de vertebra tras vertebra, ceguera... la lotería de la vida no se detiene ni siquiera en el tramo final.   


                                           



jueves, 25 de junio de 2015

El deporte y sus peajes

Exdeportista reconocido. Alto y elegante. Grande, !cómo disfrutábamos con mi padre viéndote jugar! Setenta y largos, prótesis de rodilla recién colocada con éxito. Por fin sin dolor. Y resulta que ahora se encuentra más inseguro al caminar. 

Mientras le escucho... mi padre, el paso del tiempo, el deporte y  el cuerpo que años después debe seguir funcionando; articulaciones, espalda, codos, rodillas…  

Me concentro en el paciente.  "A ver como camina, caballero" Capaz, sin apoyos, una marcha compleja, inestable; inestable entre otras cosas porque su pierna intervenida no le dolerá pero la ladea hacia fuera de modo evidente. El giro para regresar del pasillo a mi despacho es más o menos correcto y  sus pasos son amplios  levantado  los pies. La base de sustentación quizás esté algo aumentada.  Sigo indagando.

"Manténgase en pie, los pies muy  juntos": correcto. "Ahora cierre los ojos": se tambalea y debo sostenerle para que no se caiga. Prueba de romberg positiva, es decir, necesita la vista para que su cuerpo reconozca su posición. Al cerrar los ojos, se pierde ese recurso y solo nos queda la sensibilidad posicional cuyas vías van  a través de los nervios periféricos sensitivos de los pies y ascienden por la médula hasta el órgano central del equilibro o laberinto en el interior del cerebro. Los reflejos algo vivos o exaltados - dato importante- el resto exploración normal. 

Ya se donde está el problema, aunque debo confirmarlo. Le solicito las pruebas complementarias  necesarias para localizar exactamente  la lesión dentro de ese sistema o vías de los pies al laberinto. Le acompaño al mostrador. Me despido. Parece tranquilo, contento con la visita; me alegro de haber conectado tan bien. 

Un par de semanas después, las pruebas sobre la mesa. El diagnóstico entre ellas:  un severo desgaste de las vertebras C3-C4 que desplaza  la médula hacia atrás. Y, al desplazarla, la parte posterior por donde asciende la vía sensitiva posicional se ve afectada. De ahí la inestabilidad. Tratamiento: intervención quirúrgica. Mientras se lo explico, me mira entre la serenidad y la súplica: recién operado de su rodilla, confiaba en una temporada de recuperación y tranquilidad. Aporta una RNM cervical de hace un año. La examino y comparo con detalle. La misma lesión, sin aparentes cambios en un año.  Me agarro a ello." Tranquilo, por unas semanas más, no creo se modifique el problema; aunque, la médula es la médula, vaya contactando con el neurocirujano y que le explique más detalles de la intervención, hoy en día la neurocirugía ha avanzado mucho, sus técnicas son menos invasivas, la recuperación suele sorprender por rápida" me despido, parece resignado y mantiene sonrisa y optimismo, formado en el esfuerzo, vuelvo a acordarme de mi padre, buenos tiempos. 


                                         

domingo, 21 de junio de 2015

¿Cuándo se inventó el zapato?

Mis sandalias. ¿Dónde las habré dejado?  Viejas y funcionales, la posibilidad del robo, sino descartada; lo último de lo último. De la orilla al chiringuito, un par de veces y nada. Ni rastro. En el tren… de la estación a mi casa… descalza, menudo número, sonrió al imaginármelo, mientras pregunto al camarero:  ni pista sobre mis sandalias. Pues nada, un vistazo más y que le vamos a hacer. En otros tiempos quizás me hubiera desesperado algo más; hoy, hoy; una minucia que quedará en anécdota aunque, pensándolo bien, nadie anda por la ciudad descalzo y me va a tocar a mí.

Me siento. Miro al mar -mirada en plan mirada perdida- un segundo, y de nuevo busco en la bolsa. Nada. Sonrío. No sé porque me está dando por sonreír, pues, la verdad,  de gracia nada, nada de nada, maldita la gracia, un poco sí, cosas del humor, menudo número. Una idea, idea salva pies…vuelta a sonreír, quizás tengan playeras extraviadas en el interior del chiringuito. Cualquier tipo de zapato es mejor que lo que me espera. Aunque, no creo, la verdad, descalzo, hoy en día, a nadie se le ocurre, todo eso pienso, mientras, me levanto dispuesta a otra ronda de búsqueda, y, como un flash, me viene a la memoria un admirado amigo de la adolescencia. Descalzo, siempre descalzo, el más de lo más, buenos recuerdos, cuando, de repente,  las veo. Bien por mis sandalias.


Y, hablando de zapatos, ¿ cuándo se inventó? Se estima que hace unos 6 millones de años los primeros homínimos comenzaron a caminar erguidos. Adaptados a la vida en los árboles, unos primates con largos brazos y dedos prensiles se ven obligados a abandonar los ramajes y recorrer las praderas en busca de alimentos. Sobreviven los que mejor se adaptan al nuevo medio. La transición a la posición erecta implicó un gran número de modificaciones anatómicas: la pelvis, la columna vertebral, el fémur, la articulación de la rodilla... desarrollo de nuevos músculos para sostener la cabeza etc, etc, etc. Tiempo y tiempo, tiempo de supervivencia y trasmisión genética. Por otra parte, con la posición bípeda las manos quedaron liberadas, no obstante, al parecer tuvieron que pasar más de tres millones de años antes de que aprendiéramos a utilizarlas con fines programados para un acto planificado. Así que imaginaros lo que costó el desarrollo de un cerebro capacitado  para  sonsacar de sus neuronas la brillante idea del zapato... Volver a caminar descalzos… mis pies… el calor de las aceras…. De menuda anécdota me he librado. 

Foto entrada F. Alicia N. 
E. Atelir.

                                      

jueves, 11 de junio de 2015

Neurólogos contra exorcistas


Nostalgia por el proyecto en común que no puedo ser… perplejidad  ante lo que te sucedió… alegría al verte recuperado… todo ello siento  mientras releo el  recién publicado artículo sobre tú caso clínico en el suplemento de la Vanguardia “Neurólogos contra exorcistas”,  De pesadilla. Uno entre un millón. Y, te tocó a ti, querido colega.

Atento, meticuloso, un diez como persona y médico. Te acababas de incorporar a mí equipo; los dos de la misma promoción, cada uno aportando lo nuestro; Centro de Especialidades Neurológicas; una realidad en marcha. Pasado unos meses, de un día para otro; raro, huidizo, despistado. Y, de repente, el delirio.

Pruebas y más pruebas. Los cuadros agudos de trastorno de conducta en una persona entrada  la cuarentena sin antecedentes de enfermedad mental apuntan hacia una causa orgánica. Desde tumores en las áreas frontales y temporales a infecciones o encefalitis… un estudio exhaustivo que  resultó completamente normal. Y, mientras tanto, indispensable el tratamiento de tu cuadro de agitación, alucinaciones, alteración de la realidad; medicaciones para un supuesto brote psicótico. Fármacos que en las últimas décadas han mejorado en cuanto a  tolerancia, pero que  aún suelen provocar bastantes efectos secundarios a las dosis habituales para controlar el descontrol de una mente en pleno brote psicótico; un cuadro clínico de pesadilla. Esquizofrenia atípica: conclusión diagnóstica de tu cuadro clínico ante la normalidad de todas las pruebas realizadas. 
  
Menos mal, pasaron los meses, y, poco a poco, te fuiste recuperando; el pronóstico incierto, entre sombras… alguna esperanza: los brotes psicóticos tardíos pueden no repetirse, cierto consuelo superpuesto al miedo a no volver a ser el que eras. La espada de un nuevo brote  acechando tus días y futuro.

Y, después del calvario, te reincorporaste a tu plaza de hospital.  No así a nuestro proyecto; lógica precaución para evitar un exceso de trabajo. Pasado un tiempo, mientras asistías a una conferencia, un flash. La enfermedad que se estaba exponiendo, esa nueva enfermedad recién descubierta por el eminente colega de especialidad afincado en Estados Unidos el cual había venido a Barcelona  para divulgarla. !Esa enfermedad era la causante de lo que te había ocurrido! Enfermedad autoinmune que crea un anticuerpo contra unos receptores del cerebro llamados NMDA provocando una ENCEFALITIS  causante de la clínica manifestada como un brote psicótico.

Una punción lumbar es una prueba algo agresiva y te encontrabas ya recuperado, así que todo quedó en sospecha hasta que, meses después, tras un amago de un nuevo brote, en el estudio de tu líquido cefalorraquídeo se detectó ese recién descubierto anticuerpo. Diagnóstico confirmado. Encefalitis autoinmune. Y, en esta ocasión, el tratamiento fue al grano: una medicación especifica contra dicho anticuerpo que ataca a determinados receptores del cerebro. Un anticuerpo a descartar ante cualquier primer brote psicótico. No dejamos de aprender. Cuantos misterios por descubrir. "Neurólogos contra exorcistas"; buen artículo divulgativo, no se si me gusta el título, en todo caso, cualquier brote psicótico -de causa aclarada o no- debe mantenerse al margen de cuentos o misterios más allá de no saber más de lo que en la actualidad sabemos. Eso si, cada vez sabemos más, gran aportación, querido colega, un fuerte abrazo.  

El grito. Edvard Munch


                                     


sábado, 23 de mayo de 2015

La música de la memoria


Buen artículo, hermano. La música nos salva. Percibir ese pálpito interior,  la fuerza de la naturaleza; vibración o conexión, pulso trágico, armonía... " la música es la palabra revelada dirigida directamente al corazón de los seres humanos" aprender a escucharla, sentirla. Defensa apasionada de la cultura; ahora y siempre; en tiempos difíciles, imprescindible.

Por mi parte, intuyo esa grandeza de la música, y, sin embargo, pues eso, sino al margen, en ocasiones cercana, otras lejana, lo reconozco, pendiente -nunca es tarde, que no falte el optimismo fundamentado en  el deseo-.  No obstante, cuando escribí el capítulo “el mundo a través de los sentidos” de mi libro el cerebro al descubierto, hace ya unos cuantos años, revisando la capacidad musical del ser humano y como se ha ido desarrollando a lo largo de la evolución, aprendí a acercarme, la intuí como motor y sentido. Su interconexión con el lenguaje hablado y, al mismo tiempo, esa capacidad especialísima -quizá única- para penetrar en lo más intimo del ser y trascender más allá de las ideas, como  la explica  Schopenhauer. 

Nuestro sistema auditivo es asombroso. De cómo la partículas o moléculas de aire desplazadas al caer el árbol  vibran con sus vecinas produciendo un cambio en la presión del aire representado en onda sonora. De cómo cada onda -con sus tres propiedades; amplitud, frecuencia y complejidad- es analizada por nuestro sistema auditivo. Del oído y sus receptores a la corteza cerebral. Todo un mundo de posibilidades a desarrollar, descubrir. Y es que todos sabemos  que nuestra sensibilidad a las ondas sonoras va mucho más allá de la mera detección del sonido; emociona y vibra, trasporta,  pero ese algo más... ese algo más...  íntimo y trascendente... estallido o paz… ese es el reto…  en su recién publicado libro” la música de la memoria”, mi hermano – una vida dedicada a la música- nos señala el camino introduciéndose  en el interior de los grandes músicos de la historia; sus miedos, pasiones, obsesión creativa; estallido y paz; los sueños de la humanidad.  La música nos salva  ( Babelia 23.05.015)




                                                    


domingo, 17 de mayo de 2015

Ceguera al cambio

Mientras desayuno, apunto en el móvil el nombre de Marilynne Robinson, seguido de una frase de Marcel Proust utilizada en el  artículo que acabo de leer en el  Babelia en relación a la obra de esta  autora hasta ahora desconocida para mi  “El verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos”  Y es que lo  extraordinario de  sus novelas es que no avanzan cronológicamente, sino que vuelven atrás para examinar los mismos sucesos otra vez desde la mente de un personaje nuevo A propósito de este curioso modo de abordar el tiempo,  se me ocurre una reflexión.

Y no sobre nuevos ojos, sino  en relación a  nuestros propios ojos abordando una escena, foto, paisaje... Mil destalles desapercibidos. Volver atrás. Otros detalles. Una pincelada de conocimientos sobre nuestra capacidad de percepción y de atención puede ayudar como introducción a este apasionante tema; limitaciones y posibilidades a potenciar. 

Percepción. Atención. Dos funciones básicas como primer eslabón de la memoria. Lo que no se percibe, no se recuerda. Registrar consiste en percibir y comprender lo que queremos guardar en la memoria. Si nos hablan en un idioma desconocido, difícilmente podremos registrar alguna que otra palabra. Atención, tener o no tener la mente abierta a una nueva información. Nuestra capacidad de atención tiene tres características esenciales: sostenida, limitada, selectiva. Sostenida al ser posible mantenerla de modo continuo, por ejemplo cuando vemos una película. Limitada, dado que por mucho que nos esforcemos, solo podemos prestar atención a muy pocas cosas a la vez, requiriéndose más atención cuanto más difícil es la actividad a realizar. Y selectiva: al ser limitada, disponemos de otra cualidad mental que  nos permite seleccionar  lo que nos interesa e ignorar el resto.

Y, para terminar esta sencilla reflexión  sobre miradas y atención, comentar un curioso estudio de investigación que pone en evidencia nuestras limitaciones y poco entrenadas capacidades a la hora de fijarnos en lo que vemos: La ceguera al cambio: a grupos de personas se les pasa una película, luego, de esa misma película, se cambian personajes, ropa, objetos… y resulta que dichos cambios pasan completamente desapercibidos. Interesante estudio que muestra lo que ya presuponíamos: nuestras mentes están acostumbradas a codificar de modo demasiado automático y superficial. Cerrar los ojos. Abrirlos. Cerrarlos. Al gusto de cada uno. Tanta información. Pero, luego no nos quejemos de nuestra memoria. Bastante hace por nosotros.

Foto entrada F. A. N
Issafly

                                    




viernes, 8 de mayo de 2015

CORAJE EN MAYUSCULAS


Ciao, bella…  sonrío por dentro y por fuera…  comparándolo con el habitual  adiós señora…  bravo por la joven argentina encargada del recién estrenado bar del pasaje.  Más esbelta, más enérgica,  camino centrada en  una frase que acabo de leer en el  periódico.  

“La moral burguesa sentimental  me asquea: prefiero el coraje a todas las demás virtudes” Orson Welles. 100 años, hubiera cumplido. El artículo aprovecha su aniversario para  repasar sus películas, su fuerza, su vida; un monstruo en todos los sentidos. Su frasecilla no engaña. Pienso y visualizo al ciudadano Kane en acción; el coraje arrasando otras virtudes.  Y, acto seguido  me viene a la mente  la madre Teresa de Calcuta; el coraje por y para otras virtudes;  coraje y bondad.  Sin dudarlo me quedo con ella, admirado Orson, aunque, reconozco que tu frase me atrae, me gusta,  la entiendo, y, en parte, la  comparto. 

El coraje. No sé exactamente de qué función cerebral estamos hablando. Seguridad en uno mismo, valentía, capacidad de asumir riegos, falta de miedo… El miedo. Por ahí podemos extraer alguna luz. El miedo o una de las cuatro emociones básicas sobre las que se configuran  nuestras vidas:  Ira, miedo, alegría, tristeza. Emociones todas ellas resultantes de conductas repetidas de generación en generación. El coraje como comportamiento. Se nace o se hace. Se nace y se hace. ¿Cómo estimular el coraje de nuestros hijos y al mismo tiempo encaminarlo hacia otras virtudes más allá del propio beneficio? “La moral burguesa sentimental… “de acuerdo, Orson, de acuerdo, presente tu frase.. .a ver que te parece así: " Qué la osadía ante la vida vuele libre dentro de unos márgenes éticos no especialmente burgueses" algo enrevesado, me gusta, pero mejor sigamos con el coraje sin más sombras  que las inevitables.   

Coraje, ¿dónde he visto realmente coraje en mi día a día?  Coraje, coraje  es lo que he visto en cada una de las personas cercanas que afrontaron su proceso cancero -tratamiento incluido- hasta el último suspiro; cada uno a su manera; distintos estilos; el mismo coraje; dos ejemplos; admirables los dos; sin una queja como denominador común. Uno yendo a su editorial  con la sonda nasogástrica colgando del pelo, mojando el pan con el vino para disfrutar de sus cenas, sus amigos. Otro organizando su espacio en su casa; horarios, visitas, teléfono, periódicos; comiendo sin hambre, tranquilo, sus días tan suyos. Y más y más casos; amigos en plena batalla, el mismo coraje… y, mientras me llega mi hora, ganas de volver a ver tus películas, Orson, disfrutar de tu talento, pero, sobretodo, ganas de enfocar mi coraje hacia la generosidad no burguesa - si uno mismo se entiende, ya es más que suficiente,-, coraje, coraje hasta  que me llegue la hora del verdadero coraje: CORAJE EN MAYUSCULAS. 



                                         

lunes, 27 de abril de 2015

Nepal en el recuerdo


Día sí y día también, tragedias que se superponen. Hace apenas unas semanas, reflexionaba en este blog  sobre el avión estrellado en los Alpes,  cuando sobrevino la matanza de estudiantes en Kenia. Ahora el terremoto del Nepal de descomunales consecuencias. Sin respiro, día sí y día también, mientras nuestra vida cotidiana no se libra de enfermedades,  accidentes,  tumores, adioses.

Y me pregunto. ¿Cómo se las apaña nuestro cerebro para despertarse cada mañana, arreglarse, desayunar periódico en mano, planificar actividades múltiples, solucionar problemas, entretenerse, bromear al teléfono? Egoísmo o impotencia, conformismo o supervivencia.

La historia de la humanidad es una historia de supervivencia. De acuerdo. Adaptación al medio. Sin duda. Pero, algo  especial encierra nuestro cerebro que nos conduce a mirar hacia adelante y apenas hacía atrás.Y no lo llamaría egoísmo sino futuro, expectativas, olvido. Siento que me estoy adentrando en una reflexión grande en exceso para una especialista en neurología dedicada al paciente y sus enfermedades. Pero, saber, saber, algo sé, después de tantos años, así que continuo pensando sin dejar de teclear. La memoria. En los entramados de los mecanismos funcionales de nuestra capacidad para recordar o, más propiamente, para olvidar, pudiera estar la clave. Posible. 

Y es que nuestra memoria nada tiene que ver con una grabadora.  Imaginad lo que seríamos. Grabar cada detalle de nuestras vidas; un sinfín de nadas; cruzamos por la derecha, nos saltamos un semáforo, se derramó un poco de café con leche en el plato… grabarlo, guardarlo y recordarlo para siempre. Nada que ver. Adentrarse en el estudio de nuestra memoria es descubrir una maquinaría infinitamente más imaginativa; es descubrir que, lejos de funcionar como una grabadora, nuestro cerebro está organizado, diseñado,  desarrollado fundamentalmente para olvidar.

Pues eso, no grabamos sino mayormente olvidamos… recordamos lo que queremos recordar, o, ni siquiera, impactos imposibles de olvidar no se olvidan pero se mantienen agazapados, al margen de nuestro  día a día. Nuestro cerebro y sus mecanismos neuronales nos dirigen, lanzan  hacia delante;  presente y futuro.  Nepal en el recuerdo. Ahora toca salvar vidas, ayuda y más ayuda, ayuda sostenida, alma y destino.     


                                        
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domingo, 19 de abril de 2015

¿Hacia dónde vamos?

Ver una foto; pensar en mi blog. La primera vez que me ocurre.  La luz, el rojo, la cintura, el sombrero, la maleta… me inspira, seduce, maravillas compartidas en facebook. ¿Hacia dónde irá ? ¿Hacia dónde vamos?

Nuestra historia. Desde los primeros organismos vivos unicelulares  a las primeras células nerviosas hace unos 700 millones de años, pasando por tejidos neuronales progresivamente más complejos hasta estructuras que semejan ya cerebros muy sencillos en los moluscos. Luego los peces, anfibios, aves y mamíferos. Y llegamos a los primates: entre las 275 especies de primates diferenciadas; nuestra especie. Una historia tan extraña como obvia; natural y alucinante. Nuestra historia. Nada más. Y nada menos.  

Y de los árboles y plátanos, pasemos a analizar nuestro cerebro. No hay más que diseccionarlo para constatar ese fascinante producto de la evolución que nos ha llevado hacia donde estamos. Tres cerebros en uno. En las profundidades; el tronco cerebral o cerebro del reptil. Por encima de éste; el cerebro animal o emocional. Y, en la superficie; la corteza con el área prefrontal o humana por excelencia: planificación, razón, la conciencia de ser. Tres cerebros intercomunicados.¿ hacia dónde vamos?  

Volvamos a la foto. Nuestro futuro. Un futuro incierto, abierto, lleno de expectativas y sustos. Me gusta el rojo. Pasión, valor, sangre y vida. Nuestro cerebro está lleno de incógnitas y posibilidades.  Hace un tiempo leí un estudio de investigación mediante las técnicas de RNM funcional de mucho interés para reflexionar. Y es que resulta que tumbado en el aparato, simplemente pensando o haciendo con el pensamiento  el recorrido de tu cama a la cocina, de tu casa a la oficina… las  áreas cerebrales que se encienden son exactamente las mismas que haciéndolo  realmente.  Sin mover un dedo, el cerebro y sus sistemas funcionales se movilizan, mueven montañas sin  moverlas, es decir, mueven neuronas que mueven montañas. Las mismas neuronas. Simple o complejo.  ¿Hacia dónde vamos? Hacia donde deseemos llevar a nuestra mente, sueño a sueño, levantémonos del sillón. O ni siquiera. El arte y su capacidad para estimular neuronas; concluyo no sin antes enviar mis mejores deseos a la mujer de rojo. Fotógrafo incluido.

Foto entrada Facebook
Autor?