viernes, 20 de enero de 2012

El sonido de las palabras


Palabra de médico. Médico o Médica. Reconozco mis dudas. Siendo mujer,   lo  coherente sería  presentarme a mi misma como médica. El hábito no sirve de  excusa. Suele ser recomendable  adaptarse  a los cambios,  sobretodo   si esos cambios se relacionan  con lo que debería haber sido y no fue por razones  en negativo. Dominio de un género sobre otro, por ejemplo. No pretendo exagerar   pero, dentro de unos  años, cuando en una mesa de diez personas se dé la circunstancia de que nueve de ellas sean mujeres, pues, sencillamente, se dirá… qué bien estamos todas juntas… brindemos todas por… y, el pobre hombre,  colgado  entre mujeres, al principio  se sentirá como una niña con trenzas,   pero   con el paso  del tiempo  incluso le sonará raro lo que ahora le suena bien;  lo mismo - a la inversa- que me ocurre a mí cuando me nombro a mí misma: médica. Me suena a  aseguradora  médica. No me reconozco. El sonido de las palabras;  la entonación, ritmo o prosodia como valor esencial en la comunicación  no sólo oral sino  también escrita. Las palabras bailan  en el interior del escritor;  relees y relees y, cuando  suena como deseas escucharlo, sonríes satisfecha/o. (Otro revés de género) “Aunque el universo desapareciera  la música perduraría”, afirmaba Schopenhauer en referencia a la especialísima capacidad de la música para penetrar en lo más intimo del ser, trascender más allá de las ideas y, en cierta manera, ignorar al mundo…   Escribiendo mi libro sobre el cerebro,  todavía recuerdo la emoción sentida al sonarme como  definitivas  las palabras finalmente escogidas  para   descifrar y contrastar con los conocimientos científicos del momento  la  hermosa frase de  uno de los grandes  del pensamiento.  Tras semanas de lecturas  sobre el sentido del oído,  inmersa hasta el  fondo en el significado del   sonido, de repente,  me sentí feliz.   El área cerebral especializada en el análisis de la música  puede llegar a ser un 25% mayor  en  los músicos que en el resto de personas.  Un  extraordinario  sentido a potenciar desde edades tempranas.  La capacidad musical: desarrollada a lo largo de la evolución, caminando  hacia su propio  infinito...   Os dejo con Wagner y el planeta Melancolía. Besos.