domingo, 10 de noviembre de 2013

Henry y Cato


Este verano pasé un par de semanas deliciosas  absorbida por la historia de “Henry y Cato” de Iris Murdoch. Dos personajes frágiles e  inmaduros   ante su destino;  de esas novelas que entre paseo y paseo, baños, cenas con amigos.. te complementan el día, te aportan y entretienen,  te hacen sentir, casi  vivir  la vida de sus protagonistas; perfectas para el verano. Con “el mar el mar”  descubrí a esta gran escritora irlandesa; su manera de captarte, trazar personajes y enfrentarlos a la vida y sus decisiones, con “Henry y Cato”, definitivamente, a sus pies, su pluma, ligera y  natural,  novelesca, certera y absorbente; un placer, el placer de la lectura.
 
Como neuróloga especializada en el adulto son muchos los problemas del lenguaje que acuden a mi consulta: dificultad para  encontrar la palabra adecuada o anomia, pérdida brusca o progresiva de la capacidad para hablar o entender. Lenguaje motor y sensitivo; hablar y escribir versus entender y leer. Desde hace años, se conocen las distintas áreas cerebrales implicadas en cada una de estas funciones relacionadas con el lenguaje. Nos manejamos con la seguridad de quien sabe donde se encuentra el fallo  y sus causas. Pero, en concreto, sobre la dislexia  o dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura  que aparece de forma inesperada en un niño con coeficiente  de inteligencia normal, poco sabemos o sabemos mucho más por lecturas que por experiencia dado que corresponde al neuropediatra  dicha consulta.

En mi caso, cuando escribí el capítulo sobre el lenguaje de mi libro divulgativo “el cerebro al descubierto”, me sumergí en este tema  a base de lecturas especializadas; aprendí sobre lo que se sabe y lo que aún no se sabe pero se está camino de saber, sobre lo que se desconoce y sería vital conocer para enfrentarse a este frecuente problema del niño cuyo diagnóstico no siempre es sencillo debido a las amplias variaciones dentro de la normalidad. Me remito a mi libro donde trato de resumir lo que aprendí y que puede servir de línea de partida para ampliar conocimientos sobre el tema a los padres que ven como sus hijos más listos que el rayo se ven abocados al fracaso escolar si no se les ayuda con programas individualizados en manos expertas que  recurren a los conocimientos actuales de cómo se organiza el procesamiento normal de la lectura y escritura en el cerebro para tratar de corregir este grave déficit de aprendizaje,  conocimientos que distan mucho de ser suficientes, pero, se avanza, se avanza… Paciencia y resignación a medias, qué remedio, me dirían los padres de estos niños más listos que el rayo. Clases individualizadas, esfuerzos extra… lo que no aprenda un niño… pienso, cerebros como esponjas frente a los cerebros del adulto que poco tienen de esponja y  muchas capacidades limitadas por no haberlas desarrollado a tiempo. Ventanas de oportunidad, otro día, para otro día, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” los refranes son mi debilidad, lo reconozco.
 
Foto entrada en Facebook