martes, 10 de diciembre de 2013

Bravo, amiga


Acaba de salir de mi consulta una amiga que ha venido a comentarme la situación clínica de su padre.  Sus ganas de ayudarle, mejorar su calidad de vida, buscar la mejor alternativa médica; serenas, delicadas, un diez. Son momentos difíciles para el paciente y su familia; asumir la enfermedad, saber a qué atenerse.

Los cuadros degenerativos del cerebro son frecuentes a partir de cierta edad. Y frecuentísimos entrados en la octava década de la vida en donde por ejemplo las demencias alcanzan una prevalencia de casi el 50%, es decir, de dos personas de más de 80 años una tiene la enfermedad de Alzheimer; lo sepa o no; a menudo ignorado, infravalorado, atribuido  al normal proceso de envejecimiento: error de peso dado que en la actualidad se disponen de medicaciones que frenan el proceso evolutivo de dicha enfermedad. Y, justo a esa edad avanzada, si se logra detener el deterioro, se logra mucho, mucho; autonomía y autonomía; si la memoria falla, que falle, pero, al menos, que la actividad cotidiana se mantenga aceptable. Y, repito:  la medicación actual para las demencias degenerativas o  vasculares habitualmente enlentece un proceso evolutivo que cogido al inicio de la enfermedad en edades avanzadas, pues eso, se frena más o menos el deterioro, algo vital para que esta última etapa sea lo más autónoma posible.

La edad y los múltiples problemas médicos asociados; unos con tratamiento para paliar los síntomas, otros no; todos importantes de diagnosticar, mejorar en la medida de lo posible, enlentecer su evolución; síntomas y dificultades cotidianas; problemas de equilibrio, trastornos motores ya sean por cuadros parkinsonianos   o por otras causas;  muy a menudo multifactoriales con caídas y fracturas… sino la norma, tan frecuente que rara es la persona que llega a una edad avanzada manejando su propia vida como desearía;  pero repito y repito; el diagnóstico es básico para enfrentarse a lo que vendrá con las herramientas y estrategias adecuadas. Suerte y paciencia; disfrutar de las facultades que permanecen intactas, adaptarse, vivir al día, proyectar, programarse actividades que mejoren el deterioro, lo enlentezcan, calidad de vida, calidad de despedida. Bravo, amiga.  


Foto:  Arend ?
Entrada F. A. Nuñez.