sábado, 5 de julio de 2014

Perdida entre lineas


Estoy entrando en una etapa vital realmente complicada. Desengañada de utopías. Aburrida de lo práctico. Sin miedos que me bloqueen, pero sin horizontes claros, o no tan claros como para perderme en papeleos, aventuras costosas en energía, tiempo y créditos. Consciente de que me quedan como mucho un par de décadas de actividad física y mental a rendimiento aún aceptable para mil batallas – siempre y cuando me respeten las desgracias y enfermedades; algo que es mucho pedir, pero por pedir que no quede-, siento que el tiempo para arrancar proyectos nuevos  se acorta hasta sentirlo encima, inmediato.
 
En fin, la culpa de esta entrada poco veraniega la tiene telefónica y su funcionamiento; endiablado, desesperantemente ineficaz para el cliente.  Perdida la línea de mi antiguo despacho, recuperarla pinta negro y de locos; sin oficinas ni responsables; llamadas y ´más llamadas y vuelta a empezar; que si se trata de una consulta médica, que si  he cambiado de dirección y mi secretaría consiguió trasladar la línea a un numero de móvil, que si de repente ha dejado de funcionar y que urge arreglarlo…

No sigo, sigo y sigo sin línea, pero llego de darme un baño de mar, a punto de ver a Messi y su Argentina que mundial tras mundial sueña más que juega, soñemos con recuperar la línea, el orden, el juego, los goles,  proyectos, el tiempo.