viernes, 8 de mayo de 2015

CORAJE EN MAYUSCULAS


Ciao, bella…  sonrío por dentro y por fuera…  comparándolo con el habitual  adiós señora…  bravo por la joven argentina encargada del recién estrenado bar del pasaje.  Más esbelta, más enérgica,  camino centrada en  una frase que acabo de leer en el  periódico.  

“La moral burguesa sentimental  me asquea: prefiero el coraje a todas las demás virtudes” Orson Welles. 100 años, hubiera cumplido. El artículo aprovecha su aniversario para  repasar sus películas, su fuerza, su vida; un monstruo en todos los sentidos. Su frasecilla no engaña. Pienso y visualizo al ciudadano Kane en acción; el coraje arrasando otras virtudes.  Y, acto seguido  me viene a la mente  la madre Teresa de Calcuta; el coraje por y para otras virtudes;  coraje y bondad.  Sin dudarlo me quedo con ella, admirado Orson, aunque, reconozco que tu frase me atrae, me gusta,  la entiendo, y, en parte, la  comparto. 

El coraje. No sé exactamente de qué función cerebral estamos hablando. Seguridad en uno mismo, valentía, capacidad de asumir riegos, falta de miedo… El miedo. Por ahí podemos extraer alguna luz. El miedo o una de las cuatro emociones básicas sobre las que se configuran  nuestras vidas:  Ira, miedo, alegría, tristeza. Emociones todas ellas resultantes de conductas repetidas de generación en generación. El coraje como comportamiento. Se nace o se hace. Se nace y se hace. ¿Cómo estimular el coraje de nuestros hijos y al mismo tiempo encaminarlo hacia otras virtudes más allá del propio beneficio? “La moral burguesa sentimental… “de acuerdo, Orson, de acuerdo, presente tu frase.. .a ver que te parece así: " Qué la osadía ante la vida vuele libre dentro de unos márgenes éticos no especialmente burgueses" algo enrevesado, me gusta, pero mejor sigamos con el coraje sin más sombras  que las inevitables.   

Coraje, ¿dónde he visto realmente coraje en mi día a día?  Coraje, coraje  es lo que he visto en cada una de las personas cercanas que afrontaron su proceso cancero -tratamiento incluido- hasta el último suspiro; cada uno a su manera; distintos estilos; el mismo coraje; dos ejemplos; admirables los dos; sin una queja como denominador común. Uno yendo a su editorial  con la sonda nasogástrica colgando del pelo, mojando el pan con el vino para disfrutar de sus cenas, sus amigos. Otro organizando su espacio en su casa; horarios, visitas, teléfono, periódicos; comiendo sin hambre, tranquilo, sus días tan suyos. Y más y más casos; amigos en plena batalla, el mismo coraje… y, mientras me llega mi hora, ganas de volver a ver tus películas, Orson, disfrutar de tu talento, pero, sobretodo, ganas de enfocar mi coraje hacia la generosidad no burguesa - si uno mismo se entiende, ya es más que suficiente,-, coraje, coraje hasta  que me llegue la hora del verdadero coraje: CORAJE EN MAYUSCULAS.