domingo, 1 de noviembre de 2015

Un paciente encantador

Un paciente encantador. A pesar de haber perdido expresión facial por  la enfermedad de Párkinson... en los ojos, actitud... brillo, un aura especial; serenidad, madurez, sabiduría, sabiduría más allá de que en los últimos meses a su cuadro clínico de lentitud motora se le haya  añadido cierto deterioro cognitivo centrado en problemas de de memoria y funciones frontales o ejecutivas. Paciente y familia encantadora. Un placer ayudarles con toda la batería de consejos y medicaciones disponibles para aminorar  los síntomas de esta enfermedad degenerativa de evolución muy variable pero progresiva e irreversible.   

Párkinson y deterioro cognitivo. Explorados a fondo,  la gran mayoría de pacientes con esta enfermedad presentan fallos cognitivos. Si bien, una demencia franca no suele ser lo habitual. Confiemos en que mi paciente se mantenga más o menos estacionado en su discreto deterioro cognitivo. Camina lento, pero camina sin ayuda: esperemos se mantenga así... menos, mucho menos probable… posible,  ojalá. De momento, su calidad de vida es  relativamente aceptable, su personalidad intacta. Ojalá sus nietos tengan el privilegio de aprendar  y disfrutar  de la categoría humana de su abuelo; años, muchos años… nuestra lucha.

Pues bien, gran disgusto. Completamente inesperado. Desde la última revisión, su musculatura evidencia una atrofia alarmante. Le exploro y encuentro lo que busco y no deseo encontrar: fasciculaciones o saltitos musculares casi inapreciables en sus cuatro extremidades. El EMG confirma el diagnóstico: Enfermedad de la neurona motora llamada ELA o Esclerosis lateral amiotrófica. Tres enfermedades degenerativas en el mismo paciente. Raro, rarísimo, pero, por desgracia, descrito; ni el primero, ni el último caso.

Y la ELA es de los diagnósticos más amargos que realiza un neurólogo; impotente, informarle, frente a frente. Hasta la actualidad, no se dispone de tratamiento ni siquiera para frenar su implacable curso evolutivo. A pesar de ello, las unidades especializadas - dentro de los servicios de neurología de la sanidad pública- resultan de un apoyo  inestimable. Abren puertas de esperanza, ensayos clínicos, en las mejores manos, ayuda multidisciplinaria ante las dificultades motoras que inevitablemente irán surgiendo.  


Dejo para otra entrada adentrarme en una reflexión fruto de mi experiencia sobre la medicina pública y la medicina  privada; excelencias y carencias, problemas, como se complementan y  se deberían complementar mucho más para conseguir la mejor atención sanitaria  para todos. Otro día. Hoy me centro en facilitar los trámites a mi paciente para que inicie cuanto antes el seguimiento en una de estas unidades de referencia. Y, por mi parte, lo que quiera, a su disposición, cualquier prueba, visita, aún camina por su propio pie, sereno, agradecido por mi apoyo. Me despido agradecida.   

Foto entrada F. A. N. 
                                              

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