sábado, 20 de febrero de 2016

Aprender idiomas a cierta edad

Recién iniciado un curso de inglés. Online y presencial. Face to face. Profesores nativos de distinta procedencia. Pinta bien. Refrescar un idioma de mi baúl de conocimientos mal aprendidos, siendo muy optimista. O más propiamente -para que no se rían mis hermanos - recuperar lo pésimamente sabido o  nunca sabido pero en algún momento  escuchado, leído...

Comprobado: mi habilidad intuitiva para los exámenes tipo test sigue intacta: muy buen nivel de entrada. Y eso que les advertí. No problem, better; comentario de mi recién asignada coach.

Ando contenta; me entretiene, me interesa… herramientas esenciales para el aprendizaje. Lástima de edad. Pues no tanto. Me explico. Evidente que mi cerebro ya no retiene y aprende como en su juventud, pero, sin embargo, lo noto mucho más seguro, más suelto, sin ese exceso de miedo o  verguenza, sin complejos. Ya veremos. De momento; magnífico ejercicio para cualquier cerebro que ande en declive en cuanto a capacidad de retención y memoria. Se aprende algo, se olvida, se vuelve a aprender. Aunque, más lento,  el procesamiento cerebral se estimula con el aprendizaje;  aprender resulta  el mejor de los ejercicios para el cerebro adulto -por no llamarle envejecido-. Siempre utilizo la misma frase para animar a mis pacientes que consultan por sus fallos de memoria. Cada vez que se aprende algo nuevo, -una palabra, el nombre de una calle, de una persona…- es como si ejercitáramos un músculo; las neuronas se unen; una memoria en concreto son dos neuronas que se unen." Y, a pesar de la edad, nuestras neuronas no pierden esta capacidad de unirse unas con otras; aprender.  En la repetición está la clave para evitar el transcurso o el olvido al  cabo de horas o días. Repetir y repetir. Asociar. Sin ser una experta en docencia, a medida que vamos cumpliendo años, el aprendizaje es un cantar con las mismas cuerdas vocales o herramientas que cuando uno es joven, pero es preciso mantenerlas en vilo; afiladas, más necesarias; motivación y repetición. Cuando nuestro cerebro es joven, aprende al vuelo, rápido, no olvida con tanta facilidad. A partir de los primeros años de vida en que el cerebro más que aprender adquiere funciones predeterminadas en su interior, a partir de esa milagrosa fase de desarrollo cerebral... sólo el esfuerzo nos ayudará a vencer la barrera del olvido. Esfuerzo y motivación. A más edad, más esfuerzo y mas motivación. Así pues, por mi parte: a por el inglés con ilusión y realismo.

Ventanas de oportunidad. En poco más de tres años, el niño aprende lo que le debió costar a la especie humana miles y miles de años. Con solo escucharlo, sale de su cerebro cualquier idioma; el lenguaje universal. En mi caso, la ventana se cerró hace tanto tiempo que ya no se trata de abrirla sino de entretenerse empujándola. Buen fin de semana, amigos. Esta tarde voy a una exposición aconsejada por mi sobrina experta en arte contemporáneo. Galeria Joan Prats. Hernández Pijuan. A través de su blog seguro que aprenderé y disfrutaré más. Next week, last week, para el que le motive. 

VALERIA CARBÓ GÜELL- smart-mess.com
Galería Joan Prats
Exposición: Hernandez Pijuan

                                  


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