viernes, 9 de junio de 2017

El valor que nos engrandece

  
Resulta que compartimos lugar de veraneo; Comillas.  Resulta que  soy muy amiga de tus  tíos desde mi infancia. Resulta que  eras amigo de varios sobrinos míos. Pero, tu acto heroico, Ignacio Echevarría,  tu reacción que terminó con tu  vida  me ha provocado una extraña sensación que creo va más allá de cercanías afectivas y se sitúa a un nivel universal en cuanto a humanidad se refiere.
De los emotivos artículos que he leído al respecto me quedo con la siguiente reflexión; al  saltar de tu bicicleta con tu monopatín  para tratar de salvar a la mujer que estaba siendo atacada con un cuchillo en un espeluznante e incomprensible acto terrorista, en cierta manera, nos has hecho a todos un poco mejores. Teniendo en mente mis propias reacciones ante momentos determinados, intentaré explicarme.  
En más de una ocasión no he tenido más remedio que detenerme y acercarme al lugar de un accidente. A los médicos se nos presupone conocimientos y temple para enfrentarnos a cuerpos aplastados por coches y demás desgracias. En cierta manera, posiblemente, más conocimientos que otros mortales, en todo caso, ni los suficientes, impotentes, muy agobiados ante lo que nos vamos a encontrar, nos acercamos al lugar del accidente  más por obligación moral que por práctica en dichos primeros auxilios. En esos segundos entre parar la moto o seguir de largo al ver que ya hay otras personas atendiendo al accidentado, mientras el instinto sin duda me alejaría del lugar, la conciencia, la conciencia y no el instinto, la conciencia y responsabilidad moral es lo que me acerca  a ofrecer mis escasos conocimientos y ayuda.
Pues bien. Pienso en tus segundos. El instinto de supervivencia que llevamos dentro absolutamente horrorizado con tu reacción. Tu conciencia decidida, tus valores en marcha; valentía,  generosidad, responsabilidad, Ignacio, con tu acto temerario, nos has hecho a todos un poco más humanos, menos miedosos, más generosos, responsables, más capaces de enfrentarnos a nuestro destino. Tremendo para tu familia, imagino el dolor y el orgullo;  desde aquí os envío este sentimiento unánime de admiración, enorme ejemplo para todos. 

Comillas
( desde el c.)
                     
                                 

                              

No hay comentarios:

Publicar un comentario