sábado, 23 de septiembre de 2017

Referendum pactado


Referendum pactado. Reflexión y pacto. Probablemente la única solución a este conflicto abierto en canal o estallado de tanto estirarlo.  Y no para contentar. Y no porque sea una defensora de ese concepto llamado derecho a decidir cuando en democracia estamos votando año si y año también a los partidos que defienden las ideas que más se aproximan a las nuestras. Lo llevo pensando y diciendo desde hace años. Pero, ahora, llegado a este punto, ahora, guste más o guste menos, indispensable necesidad para  todos.

Para todos. Pero, en especial, para los que estamos firmemente convencidos de que Catalunya es una sociedad  de destino compartido con el resto de España y su separación no comportará más que problema tras problema durante no se cuanto tiempo y todo ello sin que exista  razón más allá de un sentimiento de identidad propia nacional que durante estos años de democracia no sólo se ha respetado sino que afirmaría sin titubeos  se ha mimado escrupulosamente. Y, referéndum pactado, en especial, también, para el conjunto de españoles que estos días y desde hace  tiempo está  respirando  una especie de desprecio  absolutamente inmerecido, respecto al cual, estoy convencida, no es compartido por la gran mayoría de catalanes. Pero, para poder demostrarlo, necesitamos votar,  votar  y  votar y así dar voz a los que reclaman  una voz que no la encuentran como yo la encuentro cada vez que voto en unas elecciones ya sean generales o autonómicas.

Menudos días estamos viviendo. Intentar tomar una cierta distancia y aprender del momento; mi consigna. Que cada uno encuentre sus mecanismos. Por mi parte, mi consulta me tranquiliza enormemente. Entran y salen pacientes de todas las ideas y edades con la ilusión de que mis consejos médicos les mejore su calidad de vida, les resuelva esa cefalea  diaria, ese caminar inestable, una memoria que ya no es la que era y que a ver si resulta que están iniciando la enfermedad de Alzheimer. Todos o prácticamente todos, alucinados con el momento que estamos viviendo,  muy críticos, disconformes y preocupados con esta deriva a donde nos están conduciendo entre unos y otros.

Y me acuerdo de Pascual Maragall; su empatía, su capacidad de liderazgo en beneficio de todos. Y me acuerdo de mi padre y su honestidad en todos los ámbitos de su vida y de un modo extremadamente escrupuloso en el ejercicio de la política. Y esta mañana de sábado la he pasado entretenida  en el MACBA  en busca de algún poema de Brossa. Y esta tarde acabo de leer una entrevista al escritor Javier Cercas que arranca con esta reflexión  “Lo  que  sucede en Catalunya no es cuestión de lengua sino de poder” continua con una frase de Goethe  “Todos somos esclavos de la ley, para que podamos ser libres” y finaliza como un suspiro de aire ¿Y si rematamos esta entrevista con algún estímulo favorable? Estamos vivos ¿Le parece poco? Ah… y ahora, viendo Truman, buena película sobre la vida… y  la muerte.

http://www.elmundo.es/opinion/2017/09/23/59c54058268e3e4a1c8b47f8.html


                                           


No hay comentarios:

Publicar un comentario