sábado, 16 de febrero de 2013

Caer en los mismos errores


Llevo  toda la tarde de este sábado medio lluvioso escuchando  a Chavela Vargas;  “El último trago”,  una y otra vez.   De tanto en tanto  me ocurre, supongo que a todos. Casi incontrolable, un círculo, me engancho, en esta ocasión   a su voz, su fuerza, la melodía,  la letra. “Nada me han enseñado los años… siempre caigo en los mismos errores…”

Caer en los mismos errores. Este mes justo hace un año que comencé con mi blog; tantos temas pendientes, espero no repetirme, no me refiero a  los temas que en sí mismos son  prácticamente infinitos en matices, sino a los propios matices, a los casos,  estudios o experimentos expuestos. Escuchando esta canción,  me ha venido a la mente un estudio realizado en primates que en su momento   me llamó la atención hasta el punto de utilizarlo como lectura de reflexión por parte  del  médico experto en memoria protagonista de mi última novela  “la pierna olvidada”  No recuerdo haberlo comentado en el blog, creo que no, aunque no metería la mano en el fuego.     

La capacidad de aprendizaje. Aprender a aprender. Los avances tecnológicos como la resonancia magnética funcional que nos permiten ver el cerebro en acción –pensando, llorando, sumando,  aprendiendo...- están abriendo puertas a un campo especialmente complejo a la hora de extraer conclusiones. Aprender de los errores; eso creemos, en todo caso, más de los errores que de los aciertos.  Pues bien, en dicho estudio  los resultados van en sentido contrario.  En síntesis, se explora la respuesta de determinadas neuronas a una acción bien o mal ejecutada. Los investigadores observan que estas  células diana se ajustan ante una conducta exitosa, mientras que apenas aprecian cambios con los fallos. Interesantísimo estudio. Eso sí, realizado en monos; buen modelo, aunque  no exacto, buena obviedad.  Pensativa,  vuelvo a mi  canción, “nada me han enseñado los años… siempre caigo en los mismos errores…” entre el corazón y el alma, la gran Chavela Vargas, buen sabado  noche, salgo a cenar.  

 

 Chavela Vargas