jueves, 2 de febrero de 2012

¿De qué hablamos cuando hablamos de creatividad?

Hace unos años sufrí  una pequeña decepción. Estaba invitada  como ponente  a un Simposium sobre creatividad en la era digital   y asistía con mucha  ilusión, pues encabezaba el grupo un neurocientífico de gran prestigio internacional  por el que sentía una especial admiración. Habiendo leído sus libros, conociendo sus  imaginativas líneas de investigación, probablemente esperaba demasiado de una reunión que para él era un puro trámite.  Debió de aterrizar cansado,  cruzado; en apenas media hora nos soltó su conferencia estrella:  un resumen básico sobre   sus estudios más recientes, pero poco o nada en relación al tema central de la reunión.  Y llegó  la ronda de preguntas. Entre  los ponentes: algún periodista, un grupo muy heterogéneo, por lo que me decanté hacia una pregunta de carácter general.  ¿De qué hablamos  cuando hablamos de creatividad? Arthur Koestler en su libro  “En busca de lo absoluto” define  la actividad creativa como un proceso de aprendizaje en el que  el maestro y el alumno son la misma persona… a mí esta definición me parece muy sugerente  y apropiada   en especial para estos tiempos donde la tecnología nos  brinda herramientas  que facilitan -quizá en exceso-  el trabajo supuestamente creativo   ¿Cual es su opinión al  respecto?  Tras  un  agobiante silencio, extraño, absurdo silencio,   liquidó la pregunta con un breve comentario tangencial.  Por  un momento, pensé que era un imbécil…  (lo siento, prometí verdad)  por  un momento… no tardé en pasar página  paseando  y disfrutando  de  una de las ciudades más agradables y entretenidas  de este país, o  nación, o  estado de naciones, o…   ahora que  pienso,  quizá no sean  tan relevantes  las definiciones  en sí  mismas,  quizás enreden  más que otra cosa,   quizá formen parte  del tejado más que de  los cimientos, quizá…