martes, 28 de febrero de 2012

Y, de repente, la enfermedad

Un vuelco. Propia o cercana, a veces, la enfermedad llega como una marea que arrasa con todo; la gotera de casa, el arreglo de la calefacción… planes y proyectos, el tiempo se detiene,la realidad devora a la realidad, el mundo virtual desaparece.
Poco a poco, vuelves a regar las plantas, llamas al lampista, llenas la nevera, incluso encuentras un rato para tu blog, reflexionar… y me pregunto… ¿Estamos preparados para asumir la invasión vital que supone la irrupción de una enfermedad repentina? Seguros, ahorros, sustitutos de confianza, cuidadores…una nube de problemas tanto o más urgentes de resolver que la propia enfermedad. El apoyo familiar suele ser esencial. Pienso en el futuro.
Siendo optimista, negro, me explico: simplemente, nadie dispondrá de recursos suficientes para afrontar la precariedad corporal de los años. Y mientras tanto…más y más personas llegando a edades avanzadas. Insostenible. En nuestras conciencias había comenzado a calar la necesidad de cuidarse para retrasar el envejecimiento; llegar a esos años excesivos en las mejores condiciones posibles. Implantes, ejercicio, dieta saludable, revisiones médicas periódicas. Ese era el camino. Y, sin embargo, este dichoso cambio de ciclo económico nos está dejando pelados… vivir al día se va a convertir en la salvación mental de la mayoría como no se reactive pronto el consumo y comience a llenarse el cajón del gasto, ilusiones, ahorros. En fin, lo que parece claro es que la sociedad deberá reinventarse. Cómo y hacia dónde; pues me lo pregunto, pero no me encuentro con ganas de     adivinar el futuro, tan inmersa en la ola, hasta otro día.