sábado, 12 de enero de 2013

¿ Evolucionar es progresar?


De nuevo al ruedo. Con mi querido padre en el corazón y dos propósitos: Progreso  y reconocimiento.  Mucho pedir; de acuerdo.  Pero no por ello dejan de ser mis dos deseos a medio plazo.   Después de más de veinte años escribiendo y escribiendo, enviando manuscritos a editoriales y premios, habiendo publicado varios libros, cierto reconocimiento más allá de entornos y fronteras; ya toca. Si además  las editoriales comienzan a rifarse mis libros, qué placer. Pues eso; reconocimiento y progreso. Progreso en el sentido de mejora, más afectos, más proyectos, viajes, experiencias, descubrimientos, lunas   incluidas.  Nada de adaptación al medio; qué  para  eso somos humanos y no chimpancés.

Y es que existe cierta confusión al respecto. ¿Evolucionar es progresar? Pues no necesariamente. Hoy sabemos que la evolución de los organismos vivos se fundamenta en una  improvisación constante. Y es que la naturaleza no está sometida a un proceso de optimización permanente.   Ensaya y descarta; prueba nuevas posibilidades. Si la prueba funciona, se mantiene durante un cierto tiempo; pero cuando las condiciones del entorno cambian; las especies se transforman en otras o bien se extinguen. ¿Qué conclusión se puede sacar de ello? Pues nada más y nada menos de que el hombre contemporáneo no es el resultado de ninguna  meta preconcebida. La típica imagen de la escalera es tan esquemática como inexacta. Entender la evolución como adaptación  al medio más que como progreso sin duda nos ayudará a comprendernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Independientemente de que como personas pretendamos progresar, progresar y progresar, riesgo de no adaptarnos al medio;  de acuerdo, riego de fracaso; cierto, pero, dueños de nuestras propias vidas, subiendo o bajando escaleras, profundizando y experimentando, viviendo, por cierto; en marcha mi nueva novela; un adelanto;  tres hermanas;   se la rifarán.

Foto entrada en F.
Paco Marcó Suqué