sábado, 3 de marzo de 2012

El regalo escondido


Ante el abismo del  final; nostalgia.  Me recuerdo  rubia,  ni tímida ni atrevida, desorientada, descubriendo el deporte, las notas, algún  disgusto,  el llanto al abrir un regalo escondido.  Viendo colgado en facebook  la reacción  de este niño  al abrir el suyo  he sentido cierta envidia; lo reconozco.  

De acuerdo, de acuerdo; será todo  lo maleducado  que no debería  ser un niño;  un mimado, de torta, pero nada de eso impide que  su reacción  sea  la reacción que me hubiera gustado haber tenido cuando de niña abrí mi regalo.  Revelarse.  La infancia marca, y  si   la infancia marca, pues, si al abrir mi regalo  en  vez de llorar  lo hubiera  lanzado, gritado, descuartizado, quien sabe, igual ahora ocuparía el cargo de la recién nombrada superministra que, por cierto, sigue desafinando con sus imperativos colegiales intolerables. 

El caso es que lloré desconsolada y escogí ser médico  acumulando  recuerdos alguno de los cuales aún  se comentan de tanto en tanto   en  comidas familiares   entre otras cosas porque la tía abuela   obsequiosa no volvió a esconder regalos en su casa a sus sobrinos por navidad.   Benditos recuerdos. ¿Cómo y dónde se almacenan?  En las últimas décadas, los avances sobre el conocimiento   de la  memoria  están siendo espectaculares.  Asomarnos a dichos descubrimientos puede  sernos de enorme utilidad para la vida cotidiana   y, sobretodo, nos puede ayudar a entendernos mejor a nosotros mismos; recuerdos incluidos.  Pedazos de recuerdos, porque, adelanto -hoy sólo adelanto-  los recuerdos no se almacenan en un baúl propiamente dicho, sino que pedazos de recuerdos se distribuyen por todo el cerebro y, en el momento de recordarlos, se reconstruyen. Risas y sonrisas cada vez que te recuerdan tu llanto inoportuno, cada vez que recuerdas lo que hubieras preferido sucediera y no sucedió.  De torta, será de torta, pero  en su defensa; los niños esperan juguetes por navidad, así que tampoco me parece que el mundo del libro deba  alarmarse en exceso, pienso.