lunes, 9 de abril de 2012

Andar es el camino

Desde que me robaron la moto, ando. Entre idas y venidas, calculo de tres a cuatro kilómetros al día. Exceptuando que  me pierdo algún que otro evento sociocultural (de taxi en taxi, uno termina arruinándose), el balance es muy  positivo; todo un  éxito; No engordo. Incrédula, una  báscula nueva  lo ha confirmado;  me  mantengo en un aceptable sobrepeso que no aumenta de semana en semana como solía ocurrirme cuando iba en moto y  cuidaba   la dieta sin hacer dieta realmente. Ahora, evito excederme, pero como de todo  y  mi peso se mantiene;  un milagro  en el haber  de los ladrones de motos (tres en  el último  año).

Qué andar beneficia la salud en general  – sistema cardiovascular en particular- es de sobras conocido y, sin embargo,  ¡cuánto cuesta adquirir nuevos hábitos por muy saludables que estos sean! Mi caso, como ejemplo.  Y eso que  andar es el camino incluso para que nuestro cerebro envejezca  mejor;  hace un tiempo revisé de modo exhaustivo las investigaciones al respecto y todos los trabajos  concluyen que sustituir los hábitos sedentarios por ejercicios aeróbicos como andar o correr con moderación no solo resulta beneficioso para el cerebro al mejorar el riego sanguíneo e influir positivamente sobre factores que aumentan el riesgo de enfermedades vasculares, sino porque además parece que actúa  directamente  sobre  neuronas motoras y otras áreas relacionadas con la emoción, motivación, memoria  y aprendizaje.  ¿Qué andando se mejora la memoria?  ¿Cómo? Pues se plantea  la hipótesis de que el ejercicio físico regular pudiera poner  en marcha genes que    se mantenían inactivos y que a través de síntesis de determinadas proteínas participarían en el crecimiento de ramas dendríticas para establecer sinapsis.   ¿Seguro? No, no, las hipótesis no son  certeza absoluta, son posibilidades que en determinados trabajos controlados con rigor cientifico  se concluyen  como afirmativas o negativas.   En todo caso,  de mi propia cosecha,  incluso  en ciudades grandes como Barcelona, andando  te cruzas con personas conocidas, te alegras, charlas,  eso sí, ojo con las caídas que en estos  meses andarines  ya  llevo  dos entre despistes y suelos resbaladizos.  Feliz primavera a todos y que continue lloviendo a poder ser solo en los  pantanos. (Magnifica foto compartida a traves de F.  Alicia N.)