domingo, 25 de marzo de 2012

Consultar a tiempo

Ágil, ameno, repleto de temas a  cual  más interesante; estupendo  comentario de un colega amigo sobre mi blog.  Bien por mi blog.  Estoy contenta. Disfruto escribiendo,  disfruto  traduciendo a un lenguaje propio y  divulgativo  los secretos que la ciencia, paso a  paso,  va desvelando   sobre el funcionamiento del cerebro. Pero, ni siquiera en este mundo virtual  -donde  los márgenes de lo estrictamente correcto  parecen ensancharse-  es  aconsejable  echarse flores a uno mismo. La autocritica es esencial.  Seguro que algo puede mejorarse.  De hecho, siendo sincera, me siento un poco como una rata sabionda sobrevolando los entramados neuronales cuando, en realidad, me paso  el  día tratando de solucionar  problemas de salud  a mis pacientes. Dolores de cabeza, mareos, perdidas de conocimiento, trastornos del sueño, fallos  de memoria…   Así que hoy toca aterrizar.  Consultar a tiempo al médico. Ese si es un tema vital.

La patología vascular cerebral es un claro ejemplo de ello. Pequeños avisos pueden ser la clave para prevenir males mayores. Perdidas fugaces de visión en un ojo que  traducen  obstrucciones en la circulación por  placas de ateroma en una carótida. Dificultades transitorias para articular las palabras, hormigueos  en medio lado del cuerpo o  torpezas motoras  entre una multitud de síntomas que pueden  aparecen de forma repentina  y luego desaparecer como si  nada hubiera pasado. Para saber   si son avisos importantes o no, es preciso  consultar al especialista. De hecho, si queremos dormir  tranquilos, un médico de cabecera de confianza es media vida. Te aconseja el especialista adecuado, te controla los factores de riego vascular; la hipertensión, la diabetes, el colesterol, el alcohol,   te prohíbe ese horrible humo llamado tabaco que en realidad es todo menos tabaco con más de 4000 sustancias añadidas desde su irrupción en el mercado, 400   reconocidas como tóxicas, 40 canceríferas;  ésta a la vejiga, ésta al pulmón…   un sin sentido  que refleja el modelo de sociedad en el que nos encontramos inmersos; absurdo, un campo de minas que no somos capaces de desmantelar.

En fin, entre problema y problema, incluir en la agenda del día los problemas de salud  es una práctica tremendamente beneficiosa  a la que me tengo que habituar, lo confieso, confieso que he llegado a pasar  por delante de urgencias de traumatología   en bata y cojeando y no me he parado a consultar lo que luego resultó ser una rotura parcial de mi tendón de Aquiles. En casa del herrero… no es excusa; de esta primavera no pasa sin mis obligadas revisiones médicas. Sugerente foto, Ana, la comparto,  bien por Facebook.