domingo, 23 de septiembre de 2012

Resolver conflictos


“El estado de las autonomías ya no funciona. Hay que encontrar una solución entre todos y con la cabeza fría”  Por fin leo una frase que me parece acertada.   Señor presidente de la CEOE, chapeaux. Cuanta falta hace voces como ésta, cerebros responsables, valientes, capaces de solucionar problemas, conflictos. Porque, me pregunto; ¿qué es ser político? pues justamente eso.  Y, nos guste o no, señor R., aquí hay un conflicto, llámelo reequilibrar balanzas, pacto fiscal, o reinventar un  país arruinado, reorganizarlo.  Y nos guste o no, señor M., usted sabe perfectamente el follón monumental y el empobrecimiento que sufriríamos como nuevo Estado, -al menos durante unos cuantos añitos- si se llega a ultimar una separación que hasta hace dos días no más de la mitad de la comunidad en cuestión deseaba. Ambos lo saben, lo saben bien, con sus  cabezas frías, bien  frías, pero, por desgracia, a la suya; ese  es el gran problema; a la suya y sin un euro; ese es el gran drama. Tocando este asunto tan espinoso como obligado,  me viene a la memoria unas conclusiones leidas en el excelente libro divulgativo sobre el  cerebro femenino ya referido en este blog hace unos meses. Buen momento para revisarlas.  

Y es que resulta interesante comparar ambos cerebros en lo que respecta al modo de reaccionar ante el estrés y el conflicto. La amígdala o eje central del miedo que dispara la agresividad dispone de más procesadores en el hombre. Frente al típico comportamiento predominantemente masculino de pasar de cero a dar puñetazos en unos segundos, muchas mujeres intentarán lo que sea con tal de evitar un conflicto. Parece ser que el estrés psicológico del conflicto se registra más profundamente en el cerebro femenino. Así pues, por un lado, la mujer dispone de un cerebro más dotado para desactivar conflictos, pero, al mismo tiempo, esa mayor hipersensibilidad al estrés  puede resultar contraproducente a la hora de enfrentarse a ellos. Ni evitarlos, ni provocarlos; resolverlos, señores políticos, o políticas, que, por lo visto, un cerebro mixto sería el ideal para conducir países y proyectos. Tiempo al tiempo. Qué la historia  es joven y nuestra democracia un bebé en sus primeros pasos, por cierto, más torpe de lo esperable, no nos engañemos.   
 
Foto Jarrett  Gorin