Las correcciones. Finito. Sobre el final sólo
comentar que no me ha parecido lo mejor del libro, aunque, sin duda, se
trata de un buen final: ágil, coherente; tirando a duro; la vida misma. Como era
previsible, no serán las vacaciones soñadas por Enid; más bien, la despertarán.
Hablando
de sueños; no de sueños posibles o imposibles, sino de soñar o no soñar durante
el sueño, es decir, las llamadas ensoñaciones o escenas oníricas tan misteriosas como
ninguneadas por unos y sobredimensionadas por otros; se me ocurre pasar a comentar algunos datos de conocimiento actualizado sobre el tema que, por
desgracia, no nos ayudaran a dormir
mejor, ni siquiera a soñar mejor, pero si a saber un poco más sobre nosotros
mismos.
Sabemos que mientras dormimos el sueño pasa por
distintas fases. Una de ellas, la llamada fase REM (rapid eyes movements ) es
tan significativa que los especialistas
dividen el sueño en fase REM y fases no
REM. Por lo general, una persona suele presentar 4 o 5 periodos de sueño REM
durante una noche de sueño. A pesar de que, en esos momentos, el cerebro está muy
activo, el cuerpo permanece paralizado, sólo los ojos se mueven de modo muy característico. Mayoritariamente
es cuando soñamos.
Como
me ha ocurrido esta noche pasada, justo al terminar una de estas fases REM, uno se
despierta unos segundos, despejado, muy presente lo soñado o vivido en sueños.
Un camarero me servía un plato; croquetas de foie, ha comentado en voz alta, como orgulloso de la receta. En
una gran concha, la supuesta croqueta estrella Michelin. Verdaderamente, soñar
es toda una aventura donde se esconden
preocupaciones y alegrías, miedos y esperanzas, pero, sobre todo, es un proceso
cerebral de enorme interés sobre el que cada día se desvelan más secretos. Por ejemplo, hoy sabemos que esta fase REM es
esencial para el proceso de consolidación de la memoria. La experiencia vivida
se reproyecta del hipocampo a la corteza. Una y otra vez hasta que queda
definitivamente grabada. Y parte de esta
reproyección ocurre durante esta fase
REM. Camarero, otra croqueta, s'il vous plaît.
Foto: Felix Fernandez de Castro
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